Giuliana Lara y su hijo Mateo Miños fueron asesinados en la ciudad de Paysandú, cuando tenían 27 y 8 años. Sus cuerpos fueron encontrados en un monte el 4 de febrero de 2023, luego de varios días de que las víctimas fueran denunciadas como desaparecidas. El hermano de la mujer está en prisión preventiva por ambos homicidios.
Inician audiencias para aclarar los asesinatos de Giuliana y su hijo Mateo en Paysandú
Avanza el juicio por los homicidios de Giuliana y su hijo Mateo, ocurridos en 2023 en Paysandú; un familiar de ellos está en prisión preventiva por el doble crimen.
A casi un año y medio de los crímenes, la Justicia avanza en el juicio para aclararlos. El principal sospechoso es el hermano de Giuliana. Al hombre le imputaron un delito de homicidio muy especialmente agravado por el parentesco y un delito de homicidio muy especialmente agravado por el concurso.
Varias audiencias se celebrarán desde este martes y hasta al menos el 31 de mayo, a fin de que testigos declaren ante el juez. Las audiencias –que son abiertas y participan familiares y amigos de las víctimas– se realizan en el juzgado ubicado en el centro de la ciudad de Paysandú. Una vez terminadas todas las diligencias, el juez deberá fallar.
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La fiscal Cecilia Irigoyen cuenta con el relato de testigos y el relevamiento de las cámaras de videovigilancia, que incriminan al hombre como responsable del doble homicidio.
La coartada del homicida.
La audiencia de formalización del mismo 4 de febrero permitió conocer detalles de la investigación: el hombre mató primero a su hermana en la casa que compartía con ella, y después llevó a su sobrino Mateo con vida en moto al monte.
En el relevamiento de las cámaras realizado por la Policía se ve al hombre salir de la casa con el niño y luego regresar al domicilio, solo con la mochila de Mateo. Los asesinatos ocurrieron en la madrugada del 31 de enero, horas después de que madre e hijo fueran vistos por última vez con vida.
Luego el acusado compró bolsas de residuos grandes y pidió una pala prestada a un vecino, con quien no tenía relación. Se presume que mutiló los cuerpos en el monte e intentó ocultar las evidencias, quemándolos en la zona próxima a Playa Mayea.
Regresó a su casa y limpió el lugar donde asesinó a su hermana. El relevamiento de Policía Científica confirmó que hubo sangre en el lugar, pero que la escena fue lavada.
El hombre pretendió crear una coartada para justificar la ausencia de su hermana y su sobrino. Llevó la moto de Giuliana a la terminal de Salto y colocó en un locker de un supermercado una mochila con ropa de la mujer y del niño. Las cámaras de seguridad dejaron en evidencia toda su actuación.
Giuliana y el homicida eran hermanos por parte de padre y ambos vivían en su casa. No existían denuncias de violencia doméstica; el imputado tenía antecedentes de violencia hacia una expareja.
Como el hombre se negó a declarar, no se pudo establecer qué lo llevó a cometer el doble homicidio. Giuliana había comprado una moto a fines de 2022 y su hermano se la había pedido varias veces, a lo que ella siempre se negó.
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