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La foto que duele en Argentina: joven murió por Covid-19 tras dormir en el piso de un hospital

 Lara Arreguiz, de 22 años, murió el viernes 21 de mayo, a las 3 de la mañana,  Era insulino-dependiente. Esperó más de 48 horas para encontrar una cama

Arreguiz vivía sola en la localidad de Esperanza, a 30 kilómetros de Santa Fe. Se encontraba allí porque estudiaba en la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional del Litoral.

Se cuidaba del Covid-19 ya que era de "riesgo" al ser insulino-dependiente desde los 10 años. Veía poca gente y el 13 de mayo había recomenzado las idas al gimnasio. Tomaba clases de artes marciales.

Comenzó a sentirse mal al día siguiente, después de tomar un baño. Al principio no pensó en el Covid. Pero al cabo de unas horas le pidió a su padre por WhatsApp que fuera a buscarla porque su condición física se deterioró rápidamente.

Alejandro Arreguiz y Claudia Sánchez, los padres de Lara, fueron por ella a Esperanza.

La llevaron primero al Hospital Protomédico Manuel Rodríguez, de la ciudad de Recreo. Allí no había camas. Se determinó que estaba enferma con el virus. Le dieron oxígeno durante cuatro horas en una silla de ruedas.

El domingo de noche le dieron el alta y la citaron al día siguiente para hacer estudios. Las placas confirmaron que tenía neumonía bilateral provocada por Covid.

Le recetaron un antibiótico oral cada ocho horas y nebulizaciones. Y le aconsejaron consultar en el Iturraspe en procura de un lugar.

Se presentaron en el Hospital Iturraspe de Santa Fe y se encontraron un con un panorama que no esperaban. No había camas, ni oxígeno.

Con el pasar de las horas, Lara comenzó a descomponerse. Se desmayaba. Estaban en una sala abarrotada con otras personas que podían estar contagiadas.

El personal de salud iba determinando, de acuerdo a sus protocolos, quiénes podían pasar a los escasos cupos de cama y quiénes debían esperar.

Lara le pide a su madre para acostarse en el piso. La madre pone su campera como colchón. Otra mujer que estaba allí aporta su campera como abrigo.

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Esa es la foto que su madre saca y que ahora recorre las redes sociales y los medios de comunicación.

Recién el martes recibe atención verdadera. Una médica y una asistente social se comunican con los padres de Lara. Se trata de reseñar el cuadro clínico y coordinar las visitas.

El miércoles Lara pasa a terapia intermedia para controlar sus niveles de insulina. El jueves, la glucemia estaba controlada, pero los pulmones estaban muy dañados

Ese día, el padre recibe una llamada en la tarde invitándolo a ver a su hija sin más explicaciones.

Reúne cosas que Lara había pedido: manzana rallada, una musculosa, una toalla

La encuentra tirada de costado, con una máscara de oxígeno y con las señas inconfundibles de ahogo.

Cuando el padre regresa a casa, le avisan que Lara pasó a terapia intensiva. Debieron entubarla.

A las tres de la mañana del viernes Lara murió. Tuvo tres paros cardíacos.

Tras conocerse el deceso, sus redes sociales explotaron de indignación. Dejó atrás una gran cantidad de amigos, su amor por los animales, y un legado que sus padres quieren que se conozca.

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"Se nos fue una de las grandes. Te vamos a extrañar tanto que no entra en palabras", expresaron desde la organización S.O.S. Caballos de Santa Fe

Ese es el posteo de Claudia Sánchez, madre de la fallecida, reflexionó sobre la pérdida.

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