Walter y Nicolás Pandiani se presentaron en Miramar Misiones

Walter no necesita presentaciones. Ha sido goleador en Basañez y Peñarol, y también en Europa por más de una década (Osasuna, Espanyol, Mallorca, La Coruña, Birmingham, entre otros). Es un hombre hecho de abajo. Antes de ser figura en el fútbol debió ejercer varios oficios. Fue, por ejemplo basurero. Estos trabajos le dieron un temple especial a la hora de dar lo máximo.

Su hijo Nicolás se desempeña como zaguero central. “Es defensa derecho, con mucha salida de balón y buen juego aéreo. Puede jugar como lateral o cinco, pero lo veo como zaguero”, dice Walter al presentarlo en público.

“Mi sueño de jugar con Nico viene desde hace mucho tiempo, desde que me imaginé que el juego de edades podía darnos esa posibilidad. Claro que había que esperar para saber cómo llegaba y qué condiciones tenía él”, agregó.

La idea de jugar en Miramar nació durante la llamada de Pandiani a De los Santos. Quería simplemente felicitarlo por su designación. Pero “El Gaucho” se atrevió a plantearlo algo que no sabía si iba a poder concretarse. Pandiani está radicado en España con toda su familia, y seguirá siendo así. Desde hace dos años están radicados en Barcelona. 

Pese a ello le pareció buena idea desembarcar estos meses en el fútbol uruguayo. Hace un tiempo, había tenido una charla con los dirigentes de Peñarol, pero luego las cosas no cristalizaron.

“Es una linda posibilidad de ayudar con nuestra experiencia y no me refiero a lo que se pueda aportar en los partidos, sino en el día a día. Estamos contentos con Miramar porque nos han dando una posibilidad grande. Conociendo a Gonzalo, no tuve duda de decirle que sí, que estar dispuesto a ayudar. Confío en sus posibilidades y en sacar adelante el equipo. Venimos dispuestos a dar todo”, dijo el centrodelantero.

Los Pandiani venian entrenando por la propia. “No pienso que haya llegado el final de mi carrera. Física y anímicamente me encuentro con toda la fuerza. Con Nico hemos venido haciendo doble y triple horario, trabajando con un profesor particular. Estamos para arrancar con el grupo de la mejor manera. Obviamente que no estamos en rodaje, pero la idea es estar lo antes posible para colaborar”.

El centrodelantero internacional sabe que su cantera todavía tiene otros talentos que ofrecer. Allá en España quedó Ezequiel Pandiani, de 15 años. Éste sí se le parece más. “Buen cabeceador, goleador”. Y además, y por si fuera poco, hay otro heredero del apellido: Axel Pandiani, de 13 años. “Es zurdo, la mueve lindo”, dice su padre. Quién sabe si pronto no se escuchará hablar de ellos en canchas uruguayas.