Papa pidió escuchar a quienes “lloran y mueren por la violencia"

Al mundo "no le importa si la gente debe huir de la esclavitud, del hambre, buscando la libertad y mueren como ayer en Lampedusa", lamentó Francisco en Asís.

 

En su primera visita a Asís, la ciudad de San Francisco, santo de los pobres y de la paz, el papa pidió este viernes el cese de las guerras en Siria y Medio Oriente y rindió homenaje a los cientos de inmigrantes africanos muertos en un naufragio en el sur de Italia.

"Hoy es un día de lágrimas", proclamó Francisco al recordar a las víctimas del naufragio frente a la isla siciliana de Lampedusa, en el que murieron unas 130 personas y unas 200 fueron declaradas desaparecidas.

Al mundo "no le importa si la gente debe huir de la esclavitud, del hambre, buscando la libertad y mueren como ayer en Lampedusa", lamentó el papa, al recordar a los indocumentados fallecidos, la mayoría de ellos eritreos y somalíes, que huían del hambre y la guerra.

El papa argentino, hijo de emigrantes italianos, ya había expresado el jueves su indignación -"Es una vergüenza", proclamó- por el drama de los africanos. 

La peregrinación del primer papa proveniente del sur del mundo a la pequeña ciudad de Umbría tuvo un fuerte valor simbólico. En la sala donde Francisco de Asís se despojó en el siglo XIII de sus ropajes de joven rico hasta quedar desnudo, Francisco se reunió con los pobres de la ciudad para pronunciar un discurso sobre la necesidad de austeridad dentro de la Iglesia, a la que desea "pobre y para los pobres".

"El espíritu mundano es la lepra, el cáncer de la sociedad, que mata a la Iglesia", fustigó.

Para el papa argentino, la pobreza es la clave para alcanzar la reforma de la milenaria entidad, sacudida por escándalos y la falta de vocaciones.

El papa jesuita aprovechó su visita a la ciudad del santo italiano que ha inspirado el nombre de su pontificado para pedir por la paz en el mundo, condenar la violencia, las guerras y los conflictos que sacuden Siria y el Oriente Medio.

"Escuchen el grito de los que lloran, sufren y mueren a causa de la violencia", rogó durante una concurrida misa celebrada en la plazoleta frente a la basílica de San Francisco.

PERDONARSE AUNQUE VUELEN PLATOS. Francisco instó a las parejas a perdonarse aún "cuando vuelen platos" tras recordar que "firmar la paz antes de acostarse", puede salvar el matrimonio.

Desde Asís, el papa volvió a abordar un tema central de su pontificado: "reconocer los propios errores, pedir perdón, aceptar disculpas". "Lo más importante es pedir perdón y aceptar las disculpas de los demás perdonando", dijo.

"A veces pienso en los matrimonios que después de tantos años se separan: nos hemos alejado", comentó. "Quizás no supieron perdonar a tiempo. A los nuevos esposos les doy este consejo: nunca terminen la jornada sin firmar la paz. Aún cuando hayan volado platos", agregó.

Francisco aprovechó la ocasión para dar consejos a los religiosos, curas y obispos a los que advirtió contra las "homilías interminables, aburridas, de las que nada se entiende".

A los obispos recordó que son "custodio del don de la armonía en la diversidad" y a los párrocos los invitó a "conocer las personas". "No se dejen bloquear por las rigideces o por el famoso 'siempre se hizo así'", dijo con tono amigable, similar al de Juan XXIII, conocido por su lenguaje simple.

AFP

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