Murió el expresidente argentino Fernando de la Rúa, un político de larga trayectoria a quien todos recuerdan por su salida en helicóptero de la Casa Rosada durante la gran crisis de principios de siglo.
Murió Fernando De la Rúa, el presidente argentino que dejó la Casa de Gobierno en helicóptero
En dos años (1999-2001) conoció la gloria y el ocaso como estadista. Tuvo una crisis renal y cardíaca de la que no puso salir.
Estaba internado en clínica Alexander Fleming tras una descompensación cardíaca y renal. En 2001 -durante el ejercicio de su presidencia- y en 2010 se le practicaron angioplastias para subsanar problemas que ya venían de antes.
Tuvo una trayectoria de más de cinco décadas en la política, pero como sucede con algunos líderes su carrera estuvo marcada por un hecho fundamental.
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El 20 de diciembre de 2001 a las 19.45, el texto con la renuncia de Fernando de la Rúa a la presidencia de la Nación comenzó a distribuirse en la sala de periodistas de la Casa Rosada.
Siete minutos después, el helicóptero que llevaba a De la Rúa había despegado del helipuerto en la misma sede gubernamental. Todavía el humo cubría la zona céntrica de Buenos Aires, eco de las manifestaciones y los enfrentamientos con la Policía.
Llegó a la presidencia en las elecciones de 1999 en una alianza radical con sectores de centroizquierda que se dio en llamar Frepaso. Inició su gestión con un 75% de popularidad.
La asociación política y la gestión se desintegró con la renuncia del vicepresidente Carlos “Chacho” Alvarez tras el escándalo por las coimas en el Senado.
La crisis que devino con la renuncia de De la Rúa no tuvo precedentes. Fue el comienzo de una larga incertidumbre: cinco presidentes en diez días, hasta que el Senado proclamó a Eduardo Duhalde para que asumiera al frente de una transición.
Tras este episodio su carrera política terminó. La crisis social y política que dejó tras de sí no dio lugar a excusas y explicaciones. Quienes eran sus aliados políticos lo abandonaron y negociando una salida con el peronismo.
De la Rúa había nacido en Córdoba, el 15 de septiembre de 1937 en una familia militante del radicalismo.
Fue abanderado en el Liceo Militar y se recibió con medalla de oro como abogado en la Universidad Nacional de Córdoba.
Su primera misión política fue como jefe de asesores del presidente Arturo Illia en el Ministerio del Interior.
Fue elegido por Ricardo Balbín para ser su vicepresidente en 1973, elecciones que ganó Juan Domingo Perón con 61% de los votos.
En dictadura se dedicó a la actividad privada. Cuando regresó la democracia, Raúl Alfonsín acaparaba todas las miradas en el radicalismo.
De la Rúa supo esperar hasta que la estrella del líder de Chascomús declinó y llegó el período menemista.
Como reacción al neoliberalismo, de la Rúa se unió a Graciela Fernández Meijide y "Chacho" Álvarez. Ganó la interna ante la Meijide y quedó a las puertas de la historia consagrándose presidente.
Sus avisos en TV -que buscaban ser la contracara de la fiesta menemista- lo mostraban burlándose de su imagen publica para reivindicar la seriedad de la gestión pública. "Dicen que soy aburrido", decía de la Rúa mirando a la cámara.
Tuvo el efecto esperado, los argentinos votaron por él, pero esos mismos ciudadanos no olvidaron aquellas palabras cuando el gobierno del Frepaso sucumbió en su debilidad.
Pero a lo largo de esos 24 meses los argentinos se cansaron de la previsibilidad de la Rúa. las cuentas no cerraban, la alianza política comenzó a resquebrajarse y el aura de confianza se convirtió en bullying.
Un símbolo de ese estado de situación fue la visita al set de Marcelo Tinelli, donde el humor involuntario resquebrajó aun más la imagen del presidente.
De la Rúa había concurrido para pedir cesara la imitación -despistada, diletante- del humorista José María Villarreal. Allí De la Rúa fue víctima del humor involuntario.
Los últimos años del exjefe de Estado discurrieron sin el honor de la investidura que alguna vez había tenido.
También tropezó con la justicia como no ha ocurrido con otros presidentes argentinos.
Una de las causas por las que fue juzgado refiere a los eventos que tuvieron lugar al final de su mandato, durante los cuales murieron alrededor de 30 personas en distintos lugares del país. Enrique Mathov, el ex secretario de seguridad, acusó a De la Rúa de haber ordenado la represión. Dicho procesamiento fue revocado el 29 de abril de 2008, cuando la Cámara Federal dictó la falta de mérito.
De la Rúa respondió que no estaba al tanto de la gravedad de la situación.
De la Rúa también fue procesado en una causa en que se lo acusa de sobornar legisladores para conseguir la aprobación de la Reforma Laboral del año 2000. La causa es de "cohecho activo agravado", y es llevada adelante por el juez federal Daniel Rafecas. La causa fue promovida por el ex secretario parlamentario Mario Pontaquarto, "el arrepentido", quien confesó en varios medios su intervención en dicha operación.
Durante el año 2006 el juez Jorge Ballestero procesó a Fernando De la Rúa, Domingo Cavallo y varios miembros de su equipo por el llamado megacanje.
La operación -que intentaba salvar al país de la crisis- consistió en postergar los vencimientos de diversas deudas por tres años para las que vencían antes del 31 de diciembre de 2010. Como compensación por dicha postergación, los intereses de la deuda fueron aumentados al 7 % anual.
Sin embargo las tasas de interés efectivas fueron entre 14,5 y 16 por ciento anual y la deuda creció en 2.255 millones.
El día 7 de abril de 2009 Fernando De la Rúa fue sobreseído por el Tribunal Oral Criminal 16 en la causa que investigaba la presunta contratación de un jardinero privado con sueldo del ex Concejo Deliberante. Se trataba de un desprendimiento de la megacausa por los denominados "ñoquis" del ex legislativo comunal
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