La Institución Nacional de Derechos Humanos (Inddhh) llama a la participación paritaria de las mujeres en todos los niveles del Estado y en la sociedad.
Informe de Inddhh refleja la disparidad entre mujeres y hombres en el Ejecutivo y Legislativo
La Institución de Derechos Humanos llama a la participación paritaria de las mujeres en todos los niveles del Estado y en la sociedad.
Reafirma la importancia de dar cabal cumplimiento a la Estrategia Nacional para la Igualdad de Género por ser la principal política pública trazada por el Estado uruguayo en esta materia.
Enfatiza la persistencia de las desigualdades en materia de participación política de las mujeres.
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Recuerda que Uruguay fue el primer país latinoamericano en aprobar el derecho de las mujeres a votar y ser electas, y puntualiza que hoy presenta un rezago importante en este tema.
“Si bien la aplicación de la ley de cuotas permitió incrementar la representación de mujeres en la Cámara de Senadores, en la Cámara de Representantes solo alcanza un 15,2%. En relación a la representación política de las mujeres en el Poder Ejecutivo, Uruguay es uno de los países que nunca ha sido dirigido por una mujer. Por su parte, la representación de las mujeres en el cargo de ministras no ha sido estable ni ha alcanzado la paridad”, señala el comunicado.
La representación de las mujeres en el cargo de mayor jerarquía en el ejecutivo departamental alcanza solo un 10,5%. En el caso del legislativo departamental (Juntas Departamentales) la cantidad de edilas electas desde la instalación de la democracia viene creciendo. La cantidad de alcaldesas electas disminuyó en relación a la primera elección (2010). Y cantidad de concejalas (cargo de menor jerarquía) se ha ido incrementando.
La Inddhh destaca la importancia de aprobar reformas legales que permitan aplicar acciones afirmativas que garanticen la paridad en la participación y representación política de las mujeres.
Los Estados deben contar con políticas públicas que redunden en el fortalecimiento de la participación política de las mujeres en los espacios de decisión dentro de los partidos políticos.
El texto concluye que “una democracia plena será posible cuando se garantice la participación y representación efectiva y equilibrada de las mujeres”.
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