CHILE

Gabriel Boric, el político que surgió en protestas estudiantiles y ahora es presidente

Llega al poder con una retórica feminista, ecologista, de códigos millennial y moderada, en un país que busca un nuevo pacto social.

El presidente del Senado le tomó juramento en la ciudad de Valparaíso, dando así Gabriel Boric inicio a un nuevo período de gobierno marcado por la llegada al poder de una nueva generación surgida en las protestas estudiantiles de 2011.

Sobre el mediodía llegó al Congreso en Valparaíso el presidente saliente de Chile, Sebastián Piñera. Saludó a los mandatarios extranjeros, entre ellos el presidente uruguayo Luis Lacalle Pou, y se dirigió al centro del salón para esperar la entrega de la banda presidencial.

Boric fue recibido con un abrazo por Piñera. Se lo veía descontraído y saludó a la distancia con un gesto con la mano o levantando el puño a cada rostro conocido que encontró.

El nuevo presidente del Senado fue quien tomó juramento.

Luego, Piñera se sacó la banda presidencial y la traspasó a Boric, que la llevará por los próximos 5 años.

Así, el nuevo presidente de Chile le tomó juramento a los ministros.

El gabinete refleja las ideas que intentará impulsar en su gobierno. Boric ha dicho que hará un gobierno feminista y ecologista y, de hecho, el gabinete de 24 miembros, está integrado por 14 mujeres.

Después de una recorrida por las calles de Valparaíso y Viña del Mar, el nuevo presidente Chileno recibió a los mandatarios extranjeros en Cerro Castillo, la residencia presidencial de veraneo que está ubicada en ese balneario de la Región Central de Chile.

EL PERFIL DEL NUEVO PRESIDENTE CHILENO

El izquierdista Gabriel Boric es, a sus 36 años, el presidente más joven de Chile y llega al poder con una retórica feminista, ecologista, de códigos milenial y moderada, en un país que busca un nuevo pacto social.

"Tenemos que hacernos cargo del insoslayable desafío que implica la crisis climática. Lo hemos dicho y hoy día lo reitero, vamos a ser un gobierno ecologista”, subrayó Boric en su discurso.

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Representante de la coalición Apruebo Dignidad, que reúne al Frente Amplio y al Partido Comunista, el hasta ahora diputado llega al poder tras vencer en diciembre en balotaje al candidato de extrema derecha José Antonio Kast, con más de 11 puntos de diferencia.

Ávido lector, fanático de la poesía en el país de Gabriela Mistral y Pablo Neruda, no titubea para defender en sus redes sociales a la estrella mundial del pop Taylor Swift, ni hablar del futuro del planeta y de la justicia social con el expresidente uruguayo José "Pepe" Mujica.

Boric ha prometido un cambio del modelo económico, al que una parte de la sociedad culpa de las profundas desigualdades del país.

"Nosotros queremos ser serios y vamos a hacer políticas públicas que no solamente estén fundadas en la evidencia, sino que además tenga estabilidad macroeconómica sin, por cierto, renunciar a nuestras convicciones que es construir un estado de bienestar para los chilenos y chilenas", ha dicho.

Su gobierno marca la coronación de un cambio generacional en la política chilena que comenzó en 2017 con el ingreso al Congreso de dos de los líderes del Frente Amplio, Boric y Giorgio Jackson, junto a la comunista Camila Vallejo.

Ambos integrarán ahora el nuevo gabinete, que se caracteriza por tener una mayoría de mujeres y una gran diversidad política.

"Este gabinete tiene la misión de poner los cimientos de las grandes reformas que nos hemos propuesto llevar adelante nuestro programa. Es justamente nuestro programa lo que une a este equipo con el mandato que los chilenos y chilenas nos pusieron en este lugar", subrayó.

Según analistas, el nuevo presidente comienza con un clima favorable de la opinión pública. Pero no la tendrá fácil en el Congreso, donde la alianza oficialista tiene apenas 37 diputados en una cámara de 120 escaños, y cinco senadores de un total de 50. Aunque sumne el apoyo del Partido Socialista, no le bastará para obtener una mayoría mínima en el Legislativo.

Boric reconoce que le "queda mucho por aprender", y sostiene que sus referencias de bienestar social pasan por países nórdicos en Europa, Uruguay o Nueva Zelanda.

Se desmarcó de líderes de la izquierda latinoamericana que la defienden desde el dogma y puso distancia con gobiernos bolivarianos.

En esa línea, invitó a su toma de posesión a los escritores nicaragüenses Sergio Ramírez y Gioconda Belli, al candidato presidencial de Colombia Gustavo Petro y a la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto.

El exlíder estudiantil, aún por titularse en Derecho en la Universidad de Chile, moderó su tono con señales simbólicas desde su victoria el 19 de diciembre.

Decidió vivir en una casona de 1929 del barrio Yungay, una zona de pasado glorioso, pero abandonada donde conviven con orgullo de comunidad chilenos de clase trabajadora y baja, inmigrantes hacinados y algunos jóvenes que buscan resucitar esta zona patrimonial cerca del palacio presidencial de La Moneda.

Prometió liderar un "gobierno feminista" y designó 14 ministras en 24 carteras, entre ellas Interior, Cancillería, Justicia y Derechos Humanos.

También se comprometió a dar mayor peso político al Ministerio de la Mujer y Equidad de Género.

Ya tiene por delante un primer desafío: enfrentar la crisis económica producto de la pandemia, que aún se siente entre la población.

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