La fiscal penal Gabriela Fossati pidió el procesamiento de cinco personas como responsables de un homicidio culpable en el caso de Luciano, el niño de cinco años que murió en un juego inflable durante un cumpleaños a fines de 2016.
Fiscal pide cinco procesamientos por niño que murió en un inflable
Gabriela Fossati pido procesar por homicidio culpable a los dueños del local de fiestas, a uno de los animadores y a los padres del niño que cumplía años.
Según el dictamen fiscal al que accedió Subrayado, el pedido de procesamiento alcanza al dueño del local de fiestas infantiles, a su hermano, a una de las animadores que debían cuidar a los niños y a los padres del pequeño que cumplía años.
Fossati pidió procesar por homicidio culpable al dueño del local, J.P.C., a una de las animadoras M.C.S. y a los padres del niño que cumplía años, S.C.P. y J.L.L.
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Además, para el hermano del dueño del local de fiestas, M.C, la fiscal pidió el procesamiento por un delito de encubrimiento.
En todos los casos Fossati pide que el procesamiento sea sin prisión si son primarios, y establece medidas sustitutivas.
VIDEO
Una filmación de una cámara de seguridad del local resultó clave para esclarecer el caso. En ella se ve a los niños saltar en el inflable mientras que los animadores y cuidadores usaban sus celulares sin prestar demasiada atención a lo que pasaba.
En un momento los animadores comienzan a desinflar el juego y sacan a los niños, pero Luciano quedó atrapado adentro sin que nadie se diera cuenta.
Cuando los padres del pequeño fueron a buscarlo notaron que no estaba y allí, desesperada, se ve a la madre del cumpleañero pedir a los animadores que revisen el inflable. Ahí es cuando se ve en la filmación que sacan el cuerpo del niño sin vida.
SE SENTÍA MAL
La fiscal da cuenta en su dictamen que Luciano se sintió mal durante el cumpleaños y nadie se dio cuenta ni lo atendió.
“Si bien L. (Luciano) era un niño que habitualmente jugaba en forma normal, en algún momento del festejo comenzó a sentirse decaído, manteniéndose pasivo, quieto, adormilado, no participando de las actividades junto a sus compañeritos, situación que no fue atendida en forma por quienes debían cuidarlo -los padres anfitriones y los responsables del emprendimiento comercial. Los adultos que debieron responder por su bienestar no le prestaron los cuidados debidos durante la fiesta no obstante ser notorio que algo le pasaba y que tenía un decaimiento general. No se le brindó asistencia médica ni se llamó a sus padres para que lo retiraran”, escribió Fossati.
“En determinado momento estuvo caído en la cama elástica, boca abajo, inmóvil, durante momentos con amiguitos saltando junto a él, en otros solo; siempre en la misma posición, sin que nadie lo notara. Por su postura se percibe que no se trataba de un juego. No puede determinarse si se encontraba desmayado o dormido”, agrega la fiscal.
“Durante el proceso de quitar el aire del mismo (del inflable), varios niños (más de 9) saltaban sobre el efecto, llamándole la atención su cuerpo, por lo que algunos lo tocaban por arriba el material del juego, una niña hacía “caballito” y otra “equilibrio“ sobre su cuerpito, mientras que otras procuraban buscar en el interior para verificar de que se trataba el bulto que les llamaba la atención. Lo cierto es que no pudo reaccionar, fue enrollado en su interior y allí permaneció durante más de una hora, mientras sus compañeritos realizaban actividades de baile en el salón con animadores y algunos adultos, y algunos saltaban sobre el inflable arrollado”, indica Fossati.
El bogado de los padres del niño que cumplía años, Andrés Ojeda, cuestionó el dictamen fiscal:
ASFIXIA
La fiscal cuenta que fue el padre del niño que cumplía años quien finalmente sacó a Luciano del inflable, y que un policía, amigo de los anfitriones, intentó reanimarlo sin éxito.
Lo mismo hizo el padre de Luciano cuando lo dejaron entrar. Intentó reanimar a su hijo pero ya era tarde. Los médicos de la emergencia móvil constataron el fallecimiento "por asfixia", describió Fossati.
LAS CÁMARAS
Según la fiscal, el dueño del local de fiestas le dijo a la Policía que las cámaras de seguridad solo registraban en vivo lo que pasaba y que no quedaba registro alguno, algo que después se comprobó era mentira.
Al día siguiente de lo sucedido, el hermano del dueño fue a la empresa de seguridad y pidió las filmaciones, sin decir nada de lo que había pasado.
Ninguno de los dos le dijo a la Policía y a la Justicia que había filmaciones de lo ocurrido.
"Lo que recién se hizo ante una intimación del Juzgado en el 5 mes de febrero del año siguiente (2017) ante la Seccional 9, pero en algunas de sus partes (no la totalidad del material filmado), y con un desfasaje en el horario respecto del real", escribe la fiscal.
Fue un empleado de la empresa de seguridad quien se dio cuenta -observando las imágenes- que algo había pasado en el cumpleaños. Revisó las grabaciones y copio 15 minutos en los que se veía el momento en el que sacaban el cuerpo de Luciando del inflable. Ese video de 15 minutos fue entregado a la Policía.
RESPONSABLES
La fiscal determina en su dictamen la responsabilidad de los padres del niño que cumplía años.
Sobre el padre (anfitrión del cumpleaños) dice: "Por parte de L. porque, a pesar de ser el anfitrión, entendía que no le correspondía hacerlo, que él estaba para disfrutar y los padres que llevaban a sus hijos asumían en cierta forma el riesgo. Invitó a los niños pero manifiestamente se desligó de cuidarlos y protegerlos. No tomó ninguna precaución para su seguridad, limitándose a contratar un servicio vía on-line y olvidarse del tema, dedicándose en exclusiva a disfrutar de su fiesta tomando cerveza con sus amigos".
Y sobre la madre del cumpleañero agrega: "La madre, por interpretar que su contrato de servicio “0 estrés” la eximía de cuidar a sus pequeños invitados, que eran los animadores quienes debían hacerlo (“los animadores se encargan de los niños”) pese a ser la anfitriona, y con ello una de las obligadas principales, se dedicó en exclusiva al cuidado de su hijo que aparentemente se encontraba enyesado".
Sobre la animadora y cuidadora del local de fiestas, Fossati expresa que es responsable "por su descuido negligente en el desempeño de su tarea laboral, al olvidar en el interior a Luciando y no advertir su presencia en el mismo".
Y sobre el dueño del local, agrega que es culpable "porque no obstante ser el responsable del local comercial, partió de la base errónea que eran los padres quienes debían cuidar a los niños por ser quienes los conocían. Si se compromete a través de un servicio, debe cuidarlos al igual que los anfitriones, debe seleccionar personal adecuado y prepararlos (en este caso uno de los animadores era un adolescente), no puede trasladar su responsabilidad sino delegar bajo su estricta responsabilidad".
CONCLUSIÓN
"Correspondía la suma de los esfuerzos y la dedicación de todos en el cuidado, algo que ninguno pareció tener en cuenta", escribió Fossati.
Y agrega: "En suma, se invitaron alrededor de treinta niños de cinco años y nadie se sentía obligado a cuidarlos. Luego de apreciar el caos y desorden de la maniobra de desinflado del castillo se llega al convencimiento de que cualquiera de los invitados pudo ser otra víctima. Los niños ingresaban al interior del material libremente. No se alcanza a comprender cómo no fueron retirados del mismo, cómo se permitía que ingresaran y salieran del interior sin contar el número niños (declaraciones de los animadores el 20/4/2018), con el riesgo que ello implica dada su edad, y que estaban en una etapa de la vida donde no perciben con claridad el peligro y se exponen".
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