se negó a ser tratada con electroshocks para evitar sus deseos de morir

El suicidio asistido de una joven en Holanda tras su lucha contra la depresión y la anorexia

Noa Pothoven fue abusada sexualmente tres veces. Las leyes del país habilitan a los mayores de 12 años a tomar decisión sobre su vida

Noa Pothoven, adolescente holandesa de 17 años, murió este fin semana luego que se le concediera la eutanasia por el "sufrimiento inaguantable" que le ocasionó haber sido abusada en su infancia.

"Respiro, pero ya no vivo", escribió la joven en un posteo en redes sociales para justificar su pedido de morir en forma asistida

El otorgamiento del Estado holandés generó una gran polémica ya que, por lo general, se entiende la eutanasia como un recurso para alguien que sufre una enfermedad terminal.

En Holanda, a los niños de hasta 12 años se les puede conceder la eutanasia si así lo desean, pero siempre y cuando un médico concluya que su sufrimiento es insoportable e irremediable, aunque ese sufrimiento sea psicológico.

En 2017, unas 6.585 personas eligieron morir por eutanasia en los Países Bajos, aproximadamente el 4.4 por ciento del total de los decesos.

De acuerdo con la ley holandesa, la llamada "muerte digna" es legal siempre y cuando se realice de acuerdo con los estrictos estándares descritos en la Ley de Terminación de la Vida a Través de la Solicitud y Suicidio Asistido (Procedimientos de Revisión) que se aprobó en el parlamento en 2001 y se convirtió en ley en 2002.

Oriunda de la ciudad de Arnhem, Pothoven había sido abusada sexualmente en tres ocasiones distintas, la primera de ellas cuando solo tenía 11 años.

La joven publicó sus intenciones en las redes sociales una semana antes de morir: "Estuve deliberando por un tiempo si debería o no compartir esto, pero decidí hacerlo de todos modos. Tal vez esto sea una sorpresa para algunos, pero mi plan ha estado allí durante mucho tiempo y no se trata de algo impulsivo".

"Iré directo al grano: en un plazo máximo de 10 días moriré. Después de años de luchar y pelear, francamente estoy agotada. He dejado de beber y comer por un tiempo, y después de muchas discusiones y evaluaciones, decidí acabar con todo porque mi sufrimiento es insoportable", escribió la adolescente.

De acuerdo con la información del periódico holandés De Gelderlander, los padres de Noa no tenían idea de que su hija se encontraba mal, hasta que un día descubrieron un sobre en su habitación lleno de cartas de despedida.

En una de esas cartas la joven ahondó en los motivos que la llevaron a tomar la decisión, y que a lo largo de varios años guardó en silencio sin decir ni una palabra a sus familiares.

Según su testimonio, todo empezó a los 11 años, cuando un "amigo" la agredió sexualmente en una fiesta. Un año más tarde, confesó, ocurrió lo mismo en casa de otro adolescente.

También explicó que a los 14 años fue violada por dos hombres en el vecindario de Elderveld, en Arnhem.

"Hasta el día de hoy todavía siento sucio mi cuerpo. Mi intimidad ha sido asaltada, y nunca se podrá deshacer", escribió la joven en uno de los textos.

Los medios locales detallaron que en 2018 Noa fue internada en un hospital porque se encontraba muy baja de peso. Los doctores la pusieron en coma y la alimentaron con suero

Antes de optar por la eutanasia Noa se estaba abriendo camino a través de una lista de deseos. En una libreta había marcado catorce de ellos, como montar una moto por primera vez, beber alcohol, fumar un cigarrillo y hacerse un tatuaje.

La adolescente también escribió una autobiografía llamada "Ganar o aprender" en la que habló sobre sus batallas contra el trastorno de estrés postraumático, la depresión y la anorexia.

Su madre le dijo al medio holandés que Noa estaba "en desacuerdo" con el tratamiento de electroshock que le propusieron para aliviar su depresión. "Ella sólo anhelaba la paz", describió la madre.

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