Dilma y el juicio político en Brasil: "no gasté dinero en beneficio propio"

El pedido de juicio político por parte del Jefe de la Cámara de Diputados es con fines de destitución.

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, dijo este miércoles que está convencida de la improcedencia del pedido de juicio político en su contra por adulteración de cuentas públicas que fue aceptado por el jefe de la Cámara de Diputados.

"Tengo la convicción y la absoluta tranquilidad en cuanto a la total improcedencia de ese pedido, así como de su justo archivo. No podemos dejar que conveniencias e intereses indefendibles debiliten la democracia y la estabilidad de nuestro país", señaló en un breve discurso a la nación.

Poco antes, el legislador Eduardo Cunha, su contendiente político a lo largo del 2015, había sacudido al país al anunciar la admisión de un pedido de juicio político contra Rousseff, que inició su segundo mandato hace menos de un año.

Cunha, un incisivo y polémico político que capitanea la cámara baja, enfrenta él mismo un proceso en el Consejo de Ética de la Cámara de Diputados por haber ocultado unas cuentas en el extranjero donde, según la fiscalía de la república, habría girado fondos de la trama de corrupción en Petrobras.

Rousseff eligió diferenciarse.

"Son inconsistentes e improcedentes las razones que fundamentan este pedido. No existe ningún acto ilícito practicado por mí. No hay contra mí ninguna sospecha de desvío de dinero público, no tengo cuentas en el exterior ni oculté al conocimiento público la existencia de bienes personales", dijo.

Tras especular con la posibilidad de abrir un juicio político contra la mandataria prácticamente a lo largo de todo el año, Cunha se decidió el mismo día en que diputados del gobernante Partido de los Trabajadores (PT, izquierda) comunicaron que votarían a favor de abrir una investigación contra él por las millonarias cuentas en Suiza, proceso con potencial de terminar también con su mandato.

El parecer de Cunha deberá ahora ser analizado por una comisión de Diputados en un primer paso, luego por el plenario de la Cámara y, si es aprobado por una amplia mayoría, el Senado será el encargado de juzgar a Rousseff.

"Hay que tener tranquilidad y confiar en nuestras instituciones", concluyó Rousseff.

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