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Argentina se asegura 30 millones de dosis de Sinopharm, la otra vacuna china contra el Covid-19

Ante la ausencia de stock de Pfizer y Sputnik, Alberto Fernández quiere retomar el plan de vacunación cuanto antes.

El presidente argentino Alberto Fernández firmará en las próximas horas un acuerdo con Xi Jinping por 30 millones de dosis de la vacuna contra el COVID-19 de Sinopharm, señala hoy el portal Infobae.

Se trata de una de las tres vacunas que se fabrican en China. Las otras dos son Sinovac y CanSino.

De Sinovac se sabe un poco más porque es la vacuna que el gobierno uruguayo negoció su compra.

Por su parte, la empresa china/canadiense CanSino Biologics trabaja en su vacuna llamada Ad5-nCoV, o Convidicea, su nombre comercial. En su elaboración participan como socios el Instituto de Biotecnología de Beijing y la Academia de Ciencias Médicas Militares. Ésta ultima todavía se encuentra en etapas más preliminares.

Sinopharm fue la primera en ser autorizada por el gobierno chino. Ha sido desarrollada por la farmacéutica estatal Sinopharm y el Instituto de Productos Biológicos de Pekín.

Utiliza la estrategia del virus inactivado, como Sinovac, y la vacuna Covaxin, producida en India.

La noticia del supuesto preacuerdo con China cayó con agrado en círculos oficialistas.

La Casa Rosada había descartado ayer un acuerdo comercial con la empresa farmacéutica Pfizer y aguarda aun sin resultado que el Kremlin confirmara cuándo aterrizarán en Ezeiza las 20 millones de vacunas Sputnik, tal como había prometido el Fondo Ruso de Inversión Directa.

Según Infoobae, Alberto Fernández logró que Xi Jinping bajara el precio de cada vacuna (30 dólares por unidad) y que haya una entrega urgente de un millón de dosis en febrero. La vacuna tiene dos dosis.

A su vez, Sinopharm exige que se abone cada uno de los cargamentos antes de su salida desde Beijing.

Este miércoles el ministro de Salud Ginés González García debe terminar de cerrar el acuerdo.

Desde una perspectiva científica y burocrática todo ya ha sido resuelto. Los análisis técnicos están en la ANMAT, y Aerolíneas Argentinas tiene alistada una hoja de ruta para viajar sin demoras a Beijing, señalan fuentes del Poder Ejecutivo.

La autorización oficial para aplicar la vacuna de Sinopharm aun no ha sido otorgada, pero el Ministerio de Salud la aprobará en el período ventana entre el viaje a China y el aterrizaje en Ezeiza.

En el caso de Pfizer, el gobierno argentino al principio se negó a firmas ciertas cláusulas consideradas leoninas, pero luego revisó su postura.

La compañía planteó con contrato en el que se establece una amplia cobertura legal para lograr inmunidad frente a una eventual responsabilidad jurídica por los daños físicos que podría causar la aplicación de su vacuna contra el COVID-19.

Tras esa primera negativa, el Gobierno envió una ley al Congreso y después presentó una secuencia de borradores normativos destinados a cumplir con los pedidos de la compañía farmacéutica y a su vez preservar la soberanía e independencia del estado nacional.

Después de todos estos gestos ordenados por Alberto Fernández, el Ministerio de Salud preguntó a los representantes de Pfizer en la Argentina cómo seguía la negociación para cerrar la compra de 3 millones de vacunas que debían llegar en el segundo trimestre de este año.

Pero ahora el problema era otro “No vamos a firmar nada por ahora. No tenemos vacunas para entregar", dijeron los representantes de la empresa.

La honestidad final de Pfizer pone en jaque al Fondo Ruso de Inversión Directa que se comprometió a proveer 20 millones de vacunas entre enero y febrero de 2021.

Todos los días desde la Casa Rosada y el Ministerio de Salud se hace presión política para lograr que Moscú envíe un cronograma de entregas de Sputnik V.

En Rusia también hay problemas para proveer la alta demanda.

Cecilia Nicolini, asesora presidencial, y Carla Vizzotti, secretaria de Salud, todavía no saben cómo seguirá adelante el plan de vacunación que empezó semanas atrás.

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