Argentina paralizada por huelga en rechazo a impuesto a las ganancias

El país estuvo detenido este martes. Sin embargo, Cristina Fernández aseguró fue no fue huelga general, sino paro de transporte.

Una huelga de 24 horas de transportistas y sindicatos opositores, en demanda de la reducción de un impuesto a los salarios, paralizó este martes gran parte de la actividad en Argentina, siete meses antes de las elecciones presidenciales.

La medida de fuerza fue la cuarta del mismo tipo desde que gobierna Cristina Fernández de Kirchner, quien asumió la presidencia en 2007 y finaliza su segundo mandato en diciembre, sin posibilidad constitucional de reelección.

"A mí, me duelen los (sindicalistas) que hacen un paro porque tienen que dar un poquito de su sueldo para pagarle a otros compañeros, a los jubilados, a los que necesitan agua potable", reaccionó con dureza la mandataria en un acto público ante miles de sus partidarios en la periferia oeste.

Un par de horas antes, uno de los líderes de la protesta, el dirigente camionero Hugo Moyano, dijo en rueda de prensa que "el paro fue contundente y ahora se espera que el gobierno dé las respuestas que los trabajadores merecen".

Fernández, peronista como Moyano, fustigó a los sindicalistas al citar una frase de Evita Perón, que decía "tenerle más miedo al frío de los corazones de los que se olvidaron de dónde vienen (de un movimiento popular) que a los oligarcas".

"Si hubiera habido trenes, subtes o colectivos no hubiera habido huelga, que no fue general, fue de transportes", dijo la presidenta.

Los sindicatos opositores, en su mayoría peronistas, rechazan el impuesto a las ganancias que grava los salarios en escala progresiva hasta un 35% y que se aplica sobre los sueldos a partir de 15.000 pesos (unos 1.700 dólares).

El Gobierno responde que sólo unos 850.000 trabajadores pagan el impuesto sobre una masa total de asalariados de 11 millones.

ALTA ADHESIÓN. Sólo automóviles particulares circularon por Buenos Aires en una protesta que afectó al transporte público en autobuses, el metro capitalino y ferrocarriles. Las aerolíneas Aerolíneas Argentinas, Austral, la chilena LAN y la brasileña TAM cancelaron vuelos, mientras que el resto de las compañías sufrieron desvíos o demoras.

El impuesto alcanza un universo cada vez mayor de trabajadores debido a que desde agosto de 2013 permanece invariable el monto mínimo a partir del cual se aplica, pero los salarios aumentan por las negociaciones paritarias con las empresas, con una inflación anual de 30% según mediciones privadas.

El gobierno necesita esos ingresos fiscales para mantener numerosos programas de asistencia social para sectores menos favorecidos.

El dato oficial no toma en cuenta la evasión fiscal, ya que a menudo parte de los salarios más altos se abonan "en negro" (sin declarar) y además hay sectores que están exentos de pagarlo, como el Poder Judicial y la renta financiera.

PIQUETES DE LA IZQUIERDA. La huelga fue convocada por tres de las cinco centrales obreras en las que se divide el sindicalismo argentino, aunque el reclamo es compartido por todos.

Ese gravamen "es un problema real que existe, pero no es motivo para ir a un paro con apoyo de grupos económicos y sectores de la derecha", dijo Hugo Yasky, del sector cercano al gobierno de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA).

Los sindicatos no realizaron mitines ni marchas, pero agrupaciones de izquierda cortaron con piquetes los principales accesos a Buenos Aires. Lo mismo ocurrió en grandes ciudades del país, donde la actividad fue nula.

Los huelguistas anunciaron que, de no obtener lo que buscan, lanzarán una nueva huelga, esta vez por 36 horas a mediados de abril.

CAMINATAS Y BICICLETAS. La estación de trenes de Constitución, por donde llegan a diario centenares de miles de pasajeros desde la periferia sur, mantuvo las rejas cerradas al igual que otras terminales de la ciudad.

"Tuve que salir a las cinco de la mañana. Vine caminando y hoy voy a todos lados caminando, sigo hasta la noche", contó Elizabeth, de 40 años, que limpia oficinas en el centro de Buenos Aires.

En la capital, que duplica durante el día su población estable de tres millones de personas, algunos taxis circularon, pero muchos optaron por la bicicleta o la caminata.

"Veo que hay taxis, prefiero ir ahora temprano y regresaré caminando. Son 50 cuadras (5 km), pero la salud no espera, los pacientes no pueden esperar", dijo a la AFP Mariana Bassi, una auditora médica de 34 años en el barrio de Palermo.

La huelga impidió la recolección y la venta de combustibles. Se plegaron además médicos, bancarios y gastronómicos, entre otros.

La huelga provocó pérdidas por unos 3.000 millones de pesos (USD 340 millones), según la consultora Analytica.

AFP

 

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