DOCUMENTOS DE INTERÉS

Allanan el domicilio de Gavazzo para incautar material sobre la represión a grupos guerrilleros

El exagente de la dictadura exhibió este material en una entrevista con El País. El fiscal Perciballe llevó el archivo al juzgado de 29º turno.

El fiscal especializado en delitos de lesa humanidad Ricardo Perciballe solicitó el allanamiento del domicilio del exrepresor José Nino Gavazzo en Parque Miramar, informa el portal Sudestada.

Todas las cajas y biblioratos recogidos por la Policía fueron trasladados al juzgado penal de 29º turno donde se tramita una megacausa contra Gavazzo y otros militares de la dictadura,

Después de leer una entrevista publicada el domingo último en El País, Perciballe tomó nota de que el exagente de inteligencia tenía cajas con fotografías y documentos de época relacionadas con violaciones a los derechos humanos, hechos ocurridos en los años 70 en Montevideo y Buenos Aires.

Gavazzo aceptó ser entrevistado por la periodista Paula Barquet. Y aunque no permitió el ingreso de fotógrafo a la reunión, dejó que ella tomara imágenes de él, de la casa y del material que conservaba.

Perciballe obtuvo una orden de allanamiento de la jueza letrada de 7º turno de Ciudad de la Costa, Elena Uriarte, quien tiene jurisdicción sobre la residencia en la que vive el exmilitar procesado.

En el juzgado de 29ª turno se tramita la causa iniciada por 28 ex presas políticas por abuso sexual sistemático, entre otras formas de trato inhumano y degradante.

Este caso -a cargo de la jueza Julia Staricco- fue iniciado en 2011. Allí se acusa a Gavazzo, a Jorge "Pajarito" Silveira y a otros notorios integrantes del aparato represivo de la dictadura militar.

En la entrevista con El País, Gavazzo explicó su particular visión de los métodos de tortura. En ese sentido dijo preferir el submarino que la picana eléctrica como método eficaz para interrogar a detenidos. Luego quiso marcar algún matiz.

“Yo lo que niego es la tortura que ellos mencionan. Si yo la agarro a usted a cachetazos acá para que me diga cuánto gana usted en El País, es una tortura, pero solo le pegué unos cachetazos. Si en lugar de eso, agarro un cable y lo enchufo a la corriente, y le pido lo mismo pero le pongo 110 volts, la estoy torturando también. Si la violo, también es una tortura. Bueno, son distintas eta… Todo está mal.", explicó

Y agregó: "Pero estamos hablando de la guerra, ¿verdad? Estamos hablando de la guerra y no de la paz. No existe en el mundo ejemplo de guerra sin tortura”.

EL "GAÑOTE"

Gavazzo es un hombre que no suele dar entrevistas a los medios. En 2012 publicó una suerte de autobiografìa llamada "Mi testimonio" (hoy agotada) donde admitió que torturaba a sus detenidos. Para explicarlo, utilizó una llamativa expresión: "apretar el gañote".

En 2016, el periodista Leonardo Haberkorn publicò "Gavazzo sin piedad" en el que muestra otros aspectos del historial de Gavazzo al servicio de las Fuerzas Conjuntas y cruza datos sobre la responsabilidad directa del exteniente coronel en la muerte del militante Roberto "Tito" Gomensoro, asesinado en el cuartel de Artìllería de Paso de los Toros en marzo de 1973, aun en democracia.

Los restos de Gomensoro aparecieron flotando en el río Negro pocos días después, y fueron enterrados en una tumba NN en Tacuarembò. En 1984, frente a un reclamo de la OEA, el gobierno militar dijo que Gomensoro había escapado al momento de su detención. Pero en el año 2000 sus restos fueron encontrados e identificados mediante estudio de ADN.

"FUI YO SOLO"

Ahora, después de tantos años, Gavazzo confiesa ante un Tribunal de Honor Militar que él se deshizo del cadáver del militante del MLN previa consulta con el jefe del destacamento y del comandante de la División de Ejército, Esteban Cristi.

Según dijo, lo hizo solo: cargó el cuerpo a la camioneta, lo revistió con un tejido de alambre y le puso piedras adentro para asegurarse que no saliera a la superficie, algo que finalmente ocurrió de todos modos una semana después.

Gomensoro no murió en el cuartel La Paloma, en el oeste de Montevideo, como creía la Comisiòn para la Paz de Jorge Batlle y su sucedánea, la comisión de seguimiento creada por Vázquez y en la que continuaban Gonzalo Fernández y Carlos Ramela.

Gavazzo los engañó a ellos y a la justicia. También dejó que creyeran que el responsable era Juan Carlos Gómez, un subalterno con denuncias por violaciones a los derechos humanos. El coronel Gòmez pasó tres años y medio preso por este caso y fue sobreseído por falta de pruebas.

Diez años después, Gavazzo dio una nueva vuelta de tuerca al caso, en medio del malhumor militar por otros temas como el futuro de las jubilaciones del sector y un plan de reducción de efectivos, entre otros asuntos.

Su "confesión" provocó, sin saberlo, una tormenta perfecta y serios contratiempos en el gobierno por la homologación del fallo, lo que generó, de hecho, una crisis que determinó la salida del ministro y viceministro de Defensa y el pase a retiro de buena parte del generalato.

El nombre de Gavazzo estaba otra vez en los primeros planos.

LA CAÍDA DEL PVP

¿Por qué puede ser importante este material incautado?

Gavazzo tuvo una actuación protagónica en varios sangrientos episodios durante la dictadura, en especial relacionados con la caída del partido por el Gobierno del Pueblo (PVP) una organización creada en 1975 sobre la base de grupos anarquistas y de extrema izquierda.

PVP se reorganizó en Buenos Aires y planeaba regresar a Uruguay en los siguientes meses para retomar el camino de la guerrilla. Había decidido financiarse realizando exitosos secuestros de empresarios.

Pero la detención de algunas personas claves de la organización permitió a las Fuerzas Conjuntas dar con el paradero de León Duarte y Gerardo Gatti, dos de los principales cabecillas. Ambos fueron detenidos y están desaparecidos.

Según Gavazzo, la delación de Pilar "Mónica" Nores -secretaria personal de Gatti-, de su hermano Álvaro Nores (que fugo a Canadá) y de "El karateca" Carlos Goessens Meré resultaron factores fundamentales para detener a casi toda la cúpula.

En El País,Gavazzo volvió sobre un tema del que escribió bastante en blogs populares entre sus camaradas del "proceso". Allí describía la participación de los traidores del PVP en la caída de este grupo que fusionó integrantes de Organización Popular Revolucionaria 33 Orientale (OPR 33), la Federaciòn Anarquista y Resistencia Obrero Estudiantil (ROE).

Gracias a Goessen Meré, dijo, pudo desarticular un supuesto plan para hacer explotar la planta refinería de Ancap y otros actos terroristas de alto perfil, y a través de Nores consiguió sacar a luz un millonario botín con el que el PVP planeaba comprar armas y organizar su logística revolucionaria.

INFORMACIÓN SENSIBLE

En ese contexto es que los "vuelos de la muerte" cobran especial significación. esas dos operaciones marcaron el fin del PVP y de cualquier intento revolucionario post-dictadura.

Gavazzo era el 2º jefe del Departamento III del Servicio de Información y Defensa (SID).

Según la investigación, estos viajes entre Buenos Aires y Montevideo ocurrieron el 24 de julio y el 5 de octubre de 1976.

Del primer vuelo hay innumerables pruebas documentales.

El excomandante de la Fuerza Aérea Enrique Bonelli confesó en 2007 que fue uno de los pilotos. Los detenidos que viajaron en el avión hacia Montevideo "reaparecieron" en el chalet "Susy" en un montaje ideado por el propio Gavazzo.

El 28 de octubre de 1976, la dictadura convocó a una conferencia de prensa y allí exhibió a una supuesta célula del partido por la Victoria del Pueblo detenida en esa finca situada en Shangrilá. Estaban presos en Uruguay desde hacía meses, pero los sacaron a "pasear" para armar la farsa.

Sobre el segundo vuelo, Gavazzo negó su existencia en la entrevista con El País del domingo último.

Los 22 detenidos desaparecieron todos, sin excepción. El exteniente coronel dijo que murieron en Argentina en manos de quienes dirigían los centros de represión.

Argumentó razones "de estilo" de la dictadura argentina a la hora de proceder con los integrantes de la guerrilla, pero también sostuvo que detrás de la crueldad hubo razones económicas: el PVP había recaudado millones de dólares en secuestros extorsivos realizados en la capital argentina. No querían dejar testigos del robo.

Hasta ahora todos los dedos apuntaban hacia Gavazzo como apropiador de esos fondos.

De hecho, había sido el articulador de la caída de Gerardo Gatti y Alberto Mechoso, dos líderes del PVP que escondían el dinero. Según Gavazzo, el tercer dirigente que tenía millones era el fallecido exsenador Hugo Cores, quien se exilió en Francia.

Gavazzo consiguió dar con parte de ese "tesoro" a cambio de prometerle a Mechoso que iba a "cuidar" a su familia una vez que él muriera. Mechoso fue asesinado el 23 de setiembre de 1976.

El dinero fue encontrado bajo una escalera de la finca familiar porteña del dirigente del PVP.

Acerca de la fortuna incautada, Gavazzo le dijo a El País que quedó en Buenos Aires-

Hay mucha historiografía al respecto. Pudo haber caído en manos de Aníbal Gordon, un delincuente común que se convirtió en jefe del grupo parapolicial conocido como la "Triple A".

"El Viejo" era un peronista de derecha que operó de manera conjunta con militares uruguayos en varios hechos y junto a "la pandilla" regenteaba centros de tortura en coordinación con otras fuerzas militares y policiales de su país.

Sobre el dinero, Gavazzo dijo haber recibido un portafolio en uno de los viajes a Montevideo. Procedió al traslado -según declaró- de 1.2 millones de dólares, una parte menor del dinero incautado. Le dijeron que era "un premio para los uruguayos"

Gavazzo contó que conservó el portafolios, pero el dinero se lo entregó mano propia a Juan Antonio Rodrìguez Buratti, entonces a cargo del SID.

Con anterioridad a los dichos a El País, los dichos de Gavazzo fueron desmentidos por personas que trabajaron codo a codo con él.

Una de ellas fue la delatora del PVP, Pilar Nores, quien dijo al diario El Observador hace años que él siguió en contacto con ese dinero, e incluso participó de inversiones inmobiliarias. Ella lo ayudó en esa tarea.

Casi al pasar, en la entrevista, Gavazzo parece darle la razón.

Dijo haber intervenido para comprarle un apartamento en Pocitos a "El Karateca" Goessens Meré en pago a los servicios prestados. En ningún momento habló del origen del dinero.

El guerrillero arrepentido participó de allanamientos y detenciones a sus excompañeros y luego, cuando se trasladó a Montevideo, trabajó en el servicio de inteligencia "sin pedir nada a cambio".

Su determinación salvó de la muerte a la familia Gavazzo. Goessen tenía el encargo de la organización de matarlos a todos, incluso a las dos hijas menores de edad.

Sin embargo, eligió llamarlo por teléfono, encontrarse con él y contarle todo forjando así una "amistad", según palabras de Gavazzo.

Goessens murió de cáncer unos meses después. Su mentor aún tiene un retrato de él autografiado en su escritorio de Parque Miramar.

CONTRAINTELIGENTE

Los integrantes actuales del PVP creen que Gavazzo ha mentido y sigue mintiendo.

Dicen que es un experto en contrainteligencia y a los 80 años sigue operando y vigente, ya con nada que perder, dado que tiene una condena por 30 años y prisión domiciliaria.

Sobre la inexistencia del segundo vuelo, los actuales dirigentes del PVP señalan que sus dichos no se condicen con los hechos.

Si el segundo vuelo no existió cómo se explica entonces la presencia en Montevideo de María Claudia Irureta Goyena de Gelman. Y cómo se explica el nacimiento de su hija Macarena aquí, a principios de noviembre de 1976.

Hay varios testimonios que dan cuenta de la presencia de Maria Claudia en dependencias del SID antes del parir. La mujer, argentina, de 19 años, murió aquí después del parto y no en Buenos Aires como señala Gavazzo.

El hecho también es congruente con el hallazgo conjunto de los restos del dirigente del PVP Alberto Mechoso y del joven argentino Marcelo Gelman en el Riachuelo, a fines de setiembre de 1976.

Los restos de ambos estaban mezclados en el cemento armado adentro de un tanque. Fueron identificados como tales recién en 2012. Pero de algún modo explica la relación, circunstancial al menos, de la pareja argentina con el grupo guerrillero uruguayo trasladado en los llamados "vuelos de la muerte".

EL DINERO

Sobre el supuesto desinterés en el dinero, hay que recordar que en 1995 fue procesado por el delito de extorsión junto al policía Ricardo "Conejo" Medina, otro nombre destacado de la represión de los años 70. En aquel momento seguía en actividad pero se había iniciado en un nuevo emprendimiento: la falsificación de billetes.

Medina había contactado a una imprenta para falsificar cruzeiros -en ese entonces la moneda brasileña- y pagó con dos cheques denunciados por hurto.

Cuando la imprenta decidió no hacer el trabajo, Gavazzo entró en acción. Era el conductor de un Volvo en el que Medina hizo subir a la pareja propietaria de la imprenta.

El paseo tenía como objetivo"convencerlos" de hacer el trabajo. Gavazzo se presentó como "el doctor Mauro" y luego de un rato de circular por la ciudad los hizo bajar del vehículo y los amenazó con un arma y una granada de mano, según las crónicas del momento.

Fue una breve privación de libertad, a la que siguieron otros episodios de acoso e intimidación.

Gavazzo fue detenido y "se pisó el palo" cuando dijo con certeza, que el denunciante nunca pudo haber visto al "doctor Mauro" de cuerpo entero. "Es mentira", acusó.

El fiscal le preguntó: ¿Cómo sabe? ¿Usted estaba ahí entonces? Gavazzo no supo qué contestar. Su silencio fue una confesión.

El posterior tribunal de honor militar concluyó que "no había motivos" para sancionar a Gavazzo. Por el contrario, a pesar de este emprendimiento delictivo, poco después fue ascendido a teniente coronel.

Por aquella época, finales del gobierno de Luis Alberto Lacalle, la prensa publicaba que existía una organización criminal que falsificaba billetes. Según esta versión, los cabecillas eran "mano de obra desocupada" de la dictadura militar.

BAYARDI Y LA VENIA DE DESTITUCIÓN DE CUATRO MILITARES

El ministro de Defensa, José Bayardi, dijo que el fiscal Ricardo Perciballe actuó bien al incautar la documentación que estaba en manos de José Nino Gavazzo.

Por otra parte, el secretario de Estado confirmó que el Poder Ejecutivo cree que es el Senado que debe votar la venia de destitución de los cuatro militares que integraron el Tribunal de Honor. Los generales siguen por ahora en funciones.

BAYARDI GAVAZZO

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