VIOLENCIA EN AUMENTO

Uruguay tiene una estadística de homicidios "apabullante, tremenda", según criminólogo

Germán Aller, aseguró que el fenómeno refiere a un desarrollo de verdaderas subculturas criminales y es imitativo.

El Director del Instituto de Derecho Penal y Criminología de la Facultad de Derecho, Dr. Germán Aller dijo a Subrayado Tarde que el nivel de homicidios en Uruguay sigue subiendo y explicó las características de las organizaciones criminales.

Según Aller, existe un aumento de la violencia en nuestro país. Indicó que, "más allá de que homicidios horrorosos, tenebrosos siempre ha habido pero, en este caso creo que hay una exacerbación, que hay un aumento”. Y agregó: “tampoco podemos guiarnos meramente por lo ocurrido en un mes, hay que tomar una escalada”.

Para el criminólogo, desde que comenzó el siglo XIX, "el homicidio ha ido aumentando incesantemente”. Explicó que esto no implica que haya momentos de baja, el tema es que luego retoma de forma pujante. “Este tipo de escalada no la frena un mayor patrullaje policial”, aseguró.

Según estudios, Uruguay es un país con una estadística de homicidios “apabullante, tremenda”, que ha ido in crescendo a lo largo de las décadas. “Yo creo que más allá de la idea de ajustes de cuentas y ejecuciones entre bandas criminales y disputas por terreno y el tema de la droga que es sumamente complicado, yo creo que también asistimos, pero habría que estudiarlo mucho más a fondo, pero estoy convencido a un fenómeno subcultural”, apuntó.

El fenómeno refiere a un desarrollo de verdaderas subculturas criminales, bandas o grupos criminales que no solo se ejecutan entre ellas sino que además de eso se da otra situación, y es que quieren ir ganando ciertos terrenos, explicó.

Según el criminólogo, la delincuencia está más organizada y hay un abatimiento de valores. “Esto es algo que lo destaco siempre, porque a veces el ciudadano puede pensar que el delincuente es la negación de todos los valores, porque detesta parte de nuestro estilo de vida o lo quiere tener y entonces lleva a cabo conductas anti sociales pero, eso no quita que en realidad también tenemos una pérdida”.

Aller destacó que la situación de la pandemia también influyó, “no se puede desconocer criminológicamente ese factor como de incidencia”. Además entiende que hay que hacer un trabajo que no solo incluya a los policías, al Ministerio del Interior, a los jueces penales y a las leyes sino que es un trabajo social y educativo de fondo.

"Tenemos buenos técnicos, buenos expertos pero de repente no tienen los insumos adecuados o no están colocados en los lugares estratégicos", indicó. Para Aller, hay que restablecer o recrear "frenos inhibidores" que no sean los uniformes de los policías, sino que hay que partir de una premisa básica que es: matar o hurtar está mal. Según el experto, no se le puede colocar al policía la responsabilidad de inhibir delitos que “no tiene manera física de estar allí”.

Consultado sobre si los casos ocurridos días pasados tienen algún arraigo en otros países o son similares a organizaciones que puedan estar ingresando en Uruguay, indicó: “nosotros no fabricamos el delito, es un fenómeno, ya desde el siglo XIX se ve claramente como un fenómeno imitativo”. Tiene ciertas características propias, "el delincuente se maneja como si fuera una actividad lícita”, destacó, con un formato como costo-beneficio.

Consultado sobre el perfeccionamiento de los presos durante su estadía en la cárcel y el vínculo con presos extranjeros, dijo que esa situación se da pero no siempre es así. Ocurre sobre todo en las centros penitenciarios de la zona fronteriza. Allí se encuentran diferentes estilos y modas de delinquir. “También Uruguay exporta criminales o delincuentes y los podemos ver operar en países como Italia, España o asociados con argentinos, paraguayos, brasileros”, destacó.

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