Tres liceos de Maroñas bajo la amenaza de “Los Pitufos”

“Los ómnibus no paran, pedimos policías y nos dicen que no hay, esto es campo fértil para el delito” asegura el subdirector del Liceo 13.

 

La banda “Los Pitufos” es un grupo que está compuesto por más de ocho hermanos (nadie sabe concretamente cuantos son) que recibieron ese apodo por su baja estatura. Todos los días, se apoderan de la puerta del liceo 13 para robar, ofrecer drogas y maltratar a algunos de los 1.400 alumnos que tiene el centro educativo, informa hoy Unoticias.

El subdirector de ese centro, Pablo Benavídez, habló con Subrayado y confirmó el problema, pero dijo que no es uno sino tres los liceos afectados: “El 57 y el 65 están exactamente en las mismas condiciones que nosotros”. 

“La banda es una molestia permanente que afrontamos. Arrebatan mochilas, tiran piedras, insultan... y al no tener servicio 222 es peor”, entonces, los profesores además de enseñar se ven obligados a proteger a los alumnos.

Si bien padres y docentes tratan de tomar medidas, exigen a las autoridades “herramientas básicas” como contar con patrullaje a la hora pico y servicio 222. El miércoles 23 de mayo se reunirán con el ministro del Interior, Eduardo Bonomi, “porque algunas cosas se cumplieron y otras no”.

LOS ÓMNIBUS NO PARAN. Para el subdirector “el problema es el entorno” pues “la violencia está instalada en los chiquilines, hay bocas de pasta base por todos lados y mucho consumo”. Por eso una de las principales preocupaciones es actuar de inmediato cuando ven que el problema traspasa la puerta. 

Pero además, muchas veces “los ómnibus no paran y los chiquilines quedan esperando una hora... y esto se torna en campo fértil para los delitos”. 

“Hablamos con la Intendencia y Cutcsa está controlando bastante eso, pero no se ha logrado demasiado”, con las demás empresas aseguró.

El liceo 13 está a una cuadra del Hipódromo de Maroñas y la mayoría de los alumnos no pertenece a la zona; “son del Marconi, 40 Semanas o el Borro”. La deserción es una de las principales dificultades: “nunca baja del 40% y a veces lo supera”. 

Pese a toda esta situación el subdirector asegura: “Jamás sentí miedo, quizás por inconsciencia o por amor a lo que uno hace”. 

Foto: Archivo

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