El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, enfrentó críticas el domingo por el plan del gobierno, o la falta de éste como denuncian sus oponentes, para vacunar a la población contra el covid-19.
Suprema Corte exige a Bolsonaro más precisión en plan de vacunación contra Covid-19
El presidente brasileño es atacado por las élites pero mantiene alta popularidad pese a que subestima la pandemia, afirma que no se vacunará y gobierna el segundo país del mundo con las muertes por la enfermedad
Brasil, el segundo país con más muertos por la pandemia, publicó el sábado su plan de vacunación con algunas lagunas, como cuándo comenzará la vacunación y cómo van a llegar a su objetivo de inmunizar al 70% de la población.
A esto le siguió una nueva ola de críticas hacia el presidente que ha rechazado constantemente las recomendaciones de los expertos para contener la pandemia y que recientemente dijo que no piensa vacunarse.
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"¡Basta de bromas con la vacuna!", tituló en su editorial Folha de Sao Paulo, principal diario del país. "La estupidez asesina del presidente Jair Bolsonaro ante la pandemia pasó todos los límites", señaló.
Otro diario, el Estado de Sao Paulo, fue igualmente duro, condenando la "incompetencia letal" del gobierno: "Ante la peor crisis sanitaria de nuestra época, la respuesta de este gobierno será recordada como desastrosa en todos los sentidos ... hasta su plan de vacunación".
El plan, que la Corte Suprema ha exigido al gobierno que presente, prevé vacunar en su primera fase a cerca de 14 millones de personas de alto riesgo, incluidos trabajadores de la salud, ancianos e indígenas.
En las siguientes tres fases pretende llegar a 51,6 millones de habitantes, cerca del 24% de la población de 212 millones.
El plan prevé inmunizar a más del 70% de los ciudadanos, pero no da detalles de cómo se va a alcanzar esa cifra.
- Juez ordena fecha de inicio -
El juez de la Corte Suprema Ricardo Lewandowski ordenó al gobierno que fijara la fecha de inicio de la campaña de vacunación en 48 horas.
"Sería irresponsable dar una fecha específica (...) porque depende del registro en la agencia regulatoria" de Brasil, respondió el secretario ejecutivo del Ministerio de Salud, Elcio Franco, en un video. "El gobierno federal no va a anunciar nada de forma irresponsable", agregó.
Mientras tanto, un grupo de expertos en salud pública cuyos nombres aparecían en el plan indicaron en un comunicado que no fueron consultados sobre el texto final.
"Nunca vimos ninguna versión de este documento", dijo la epidemióloga Ethel Maciel.
Otros especialistas criticaron abiertamente el proyecto.
La microbióloga Natalia Pasternak, crítica con la respuesta del gobierno a la pandemia, cuestionó en Twitter que el plan cuente con 70 millones de dosis de Pfizer cuando el gobierno y la compañía aún están negociando la venta, y no da información sobre cómo van a almacenar las vacunas a los -70 grados Celsius requeridos.
- "Nueva revuelta de las vacunas" -
En momentos en que la larga espera por una vacuna contra el covid-19 está llegando a su fin en otras regiones del mundo, en Brasil el asunto ha estado salpicado de una complicada batalla política.
La postura antivacunas de Bolsonaro contrasta con la del gobernador de Sao Paulo, Joao Doria, que aparece como uno de los principales aspirantes a desafiarlo en las presidenciales de 2022.
Doria está presionando para comenzar la inmunización el 25 de enero con la vacuna CoronaVac, desarrollada en China, que su estado está ayudando a probar y producir.
Bolsonaro se opone abiertamente a ese plan, ridiculizando la CoronaVac como "la vacuna china de Joao Doria".
El plan de vacunación federal no incluye la CoronoVac, aunque Franco aseguró que "será también adquirida y adicionada".
La disputa se ha convertido en lo que algunos comentaristas llaman una "nueva revuelta de las vacunas", en referencia a un levantamiento mortal en 1904 contra la vacuna antiviruela en Rio de Janeiro.
Las críticas llegan el mismo día en que Folha publicó una encuesta que revela que el 22% de los brasileños no tiene pensado vacunarse contra el covid-19, frente al 9% de agosto.
Según el sondeo de Datafolha, el 50% de los brasileños no tomaría una vacuna fabricada en China, frente al 47% que afirmó lo contrario.
También indicó que la aprobación de Bolsonaro se mantuvo estable a pesar de la pandemia, en un 37%, el mismo nivel que en agosto, y el mejor índice de su mandato.
Bolsonaro, quien ha restado importancia al nuevo coronavirus al llamarla una "pequeña gripe", dijo el jueves que su país "está al final de la pandemia".Los expertos, por el contrario, sostienen que atraviesa una segunda ola.
Tras una caída que duró más de dos meses, la curva de fallecimientos semanales por covid-19 ha aumentado considerablemente en las últimas semanas.
El número de muertos en Brasil es de 181.402, sólo superado por los más de 299.000 de Estados Unidos.
SIN EMBARGO, ES POPULAR
La aprobación del presidente Jair Bolsonaro se mantiene en su nivel más alto justo en momentos en que la pandemia repunta en Brasil, el segundo país con más muertos por el nuevo coronavirus, según una encuesta publicada este domingo.
El 37% de los brasileños interrogados considera que el mandatario está haciendo un trabajo "bueno" o "muy bueno", de acuerdo con un sondeo realizado por el Instituto Datafolha entre el 8 y el 10 de diciembre.
El jefe de Estado de 65 años registró el mismo porcentaje de popularidad en la última medición de Datafolha en agosto, repitiendo la mayor tasa de aprobación desde que asumió el mando del gigante latinoamericano en enero de 2019.
Además, el número de brasileños que considera el gobierno de Bolsonaro "malo" o "pésimo" cayó de 34% a 32% aunque quienes lo creen "regular" aumentaron de 27% a 29%.
La encuestadora entrevistó a 2.016 personas por teléfono y tiene un margen de error de dos puntos.
Sin embargo, el nivel de aceptación de la gestión del ultraderechista es el segundo peor de un presidente desde que Brasil regresó a la democracia en 1985, sólo por delante de Fernando Collor (15%), que gobernó entre 1990 y 1992, según el diario Folha de Sao Paulo, que divulgó la muestra.
El expresidente izquierdista Luis Inácio Lula da Silva llegó a superar ampliamente el 60% de aprobación.
Bolsonaro, quien ha restado importancia al nuevo coronavirus y lo ha llamado una "pequeña gripe", dijo el jueves que el país "está al final de la pandemia" y ha afirmado que no piensa vacunarse.
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