El silencio dominaba este jueves los alrededores del Parlamento, todavía acordonados por la policía, mientras en el interior de la Cámara los Diputados rendían homenaje a las víctimas del atentado de la víspera.
Silencio y muchos policías en Parlamento británico, convertido en santuario
Avenidas cerradas, nerviosismo latente y unos pocos turistas conforman el clima en el escenario del trágico atentado de Westminster
Por lo general, esta zona del centro, donde tienen su sede las principales instituciones de los tres brazos del Gobierno, está llena de hombres y mujeres con prisa por llegar a sus oficinas. A esta multitud de trajes se le suman miles de turistas que vienen a fotografiar el famoso Big Ben o a subirse a la noria del London Eye.
Este jueves, sin embargo, reina una calma inusual. El palacio de Westminster está más vigilado y los agentes de policía patrullan a punta de pistola.
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La plaza del Parlamento y Whitehall, la avenida que la conecta a Trafalgar Square, están cerradas. El puente de Westminster también. Las banderas ondean a media asta.
El incremento de la presencia policial era notable.
"Me tranquiliza ver a tanta policía en las calles, definitivamente hay nerviosismo, se siente", explicó a la AFP Jason Llewelyn, un funcionario del Gobierno que iba al trabajo. "Paso cada mañana por el puente de Wesminster y es evidente que aquí ocurrió algo muy grave", añadió.
Los helicópteros sobrevolaban la zona y la gran noria, desde la que cientos de turistas presenciaron el atentado, está cerrada.
Más allá, en la puerta donde el atacante apuñaló a un agente y fue abatido, la policía instaló una carpa azul para seguir con las investigaciones periciales. En el suelo hay un trozo de pañuelo manchado de sangre, probablemente allí desde el día anterior.
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