La reunión de transición en el Ministerio de Ambiente se realizó este martes y el tema Arazatí fue uno de los centrales. La construcción de una planta potabilizadora que tomará agua del Río de la Plata, en la costa de San José, es el tema que divide al gobierno saliente de Lacalle Pou con la nueva administración de Yamandú Orsi, y así quedó de manifiesto una vez más en las declaraciones del ministro actual Robert Bouvier y quien será su sucesor, Edgardo Ortuño.
Robert Bouvier dijo que con Arazatí deja "una solución" al nuevo gobierno, y Ortuño retrucó que es "un legado pesado"
Este martes se realizó la reunión de transición en el Ministerio de Ambiente. El ministro Bouvier recibió a Ortuño, quien lo sucederá en el cargo. El proyecto Arazatí estuvo en el centro del debate.
Tras la reunión, Bouvier dijo en rueda de prensa que el actual gobierno le deja al entrante “una solución”, en referencia a Arazatí.
“Le deja la solución a un problema de agua potable en la región metropolitana, que eso me parece es muy importante. Se hace mucho hincapié en los problemas que genera supuestamente Arazatí, pero no se habla de los beneficios que va a traer para una crisis que tuvimos hídrica, muy importante y que necesita una solución que el país está esperando hace más de 40, 50 años, y que este gobierno, como estrategia que tiene, que tuvo desde el primer día”, dijo el ministro saliente, parado al lado de su sucesor.
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“El tema del agua y la preocupación por el agua fue desde el inicio de este gobierno. Hicimos una estrategia, que era Arazatí, estuvimos este tiempo trabajando en ella, como pasa con cualquier proyecto importante, que demora períodos, antes de terminar nuestro gobierno lo dejamos concluido. Quiere decir que este gobierno planteó su estrategia, que era diferente a otros gobiernos, sin lugar a dudas, y lo deja concluido, eso me parece también que es muy importante desde el punto de vista ambiental y desde el punto de vista de una solución a uno de los problemas más graves que tiene el país que era el suministro de agua potable a la región metropolitana”, concluyó Bouvier.
A su turno, el ministro designado de Ambiente expresó su punto de vista contrario, y dijo que Arazatí es “un legado pesado para el próximo gobierno”.
“Está claro que tenemos diferencias. El tema Arazatí ha sido en esta transición un tema de diferencia, es un legado pesado para el próximo gobierno, pero lo seguiremos tramitando en el ámbito en el que está, que es el ámbito de la transición entre los dos presidentes, y en lo que tiene que ver con nosotros lo seguiremos por lo tanto, trabajando a nivel de estudio técnico a la interna del equipo entrante con el presidente Orsi, y naturalmente el gobierno saliente, con sus convicciones y con las resoluciones que ha tomado, que está claro que nosotros no compartimos, continuará con el tema mientras esté en funciones”, dijo Ortuño a la prensa, con Bouvier a su lado.
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