¿Qué hay detrás del conflicto en el BROU?

Las consecuencias de la reestructura que procesa el banco para aumentar su eficiencia, expandir negocios y reducir costos. Análisis de Nicolás Lussich

El BROU está procesando una reestructura para aumentar su eficiencia, expandir negocios y reducir costos. Si bien el banco está dando buenos resultados, está en competencia y tiene costos altos. Tan solo el costo laboral (salarios más aportes) sumó casi U$S 330 millones en 2016. Hay muchas tareas bancarias que son zafrales, por ejemplo el propio análisis de balances y renovación de crédito, que se ha decidido tercerizar para no imponer altos costos fijos. Hay que recordar también que el costo de mano de obra en la banca es superior al resto de la economía porque el aporte patronal es notoriamente superior, por el aporte extra a la Caja Bancaria (7% en general vs más de 20% en la banca).

Además, el cambio tecnológico que imponen las Tecnologías de la Información también está motivando cambios fuertes, donde los bancos compiten no solo entre ellos, sino también con otros agentes (redes de pagos, corresponsales financieros, etc.), donde puede haber también alianzas estratégicas (incluso con empresas de otros rubros, como telefónicas). En este punto, es claro que los bancos están reformulando sus tradicionales sucursales para tener centros de atención especializados, más efectivos y menos costosos, mientras despliegan sus servicios online. El BROU no es la excepción.

Por otra parte, hay una puja interna en AEBU (el sindicato bancario) en su sector banca oficial, donde un sector (al que se denomina más “radical”) tiene la conducción mayoritaria y ha optado por una estrategia gremial más agresiva, con paros para contrarrestar la reestructura. Esto a pesar de que las decisiones del BROU (fusionar algunas sucursales y cambiar régimen de atención en otras) no conlleva la pérdida de ningún puesto de trabajo.

Dada la envergadura de la reestructura del BROU, es posible que algunos impactos no hayan estado del todo previstos y merecen revisarse. Por ejemplo, en lo vinculado a la reducción de horarios en algunas localidades y fusión de sucursales. En cualquier caso, ya hoy los servicios financieros dejan de tener a la tradicional sucursal bancaria como base, en la medida que buena parte de las tareas se pueden hacer online. Y respecto al acceso al efectivo, hay que pensar no solo en los bancos sino también en los comercios, otros servicios (salud), etc. como puntos de acceso, tal como se viene promoviendo en el proceso de Inclusión Financiera. De manera que las pequeñas localidades puedan funcionar con todos los servicios, a menores costos.

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