Los enfrentamientos entre manifestantes y las fuerzas de seguridad en Sudán provocaron este jueves un nuevo muerto, en el cuarto día de protestas tras el golpe de Estado del lunes, rechazado por la calle y la comunidad internacional.
Protestas contra el golpe en Sudán desafían a los militares, reconstruyen barricadas
Los enfrentamientos entre manifestantes y las fuerzas de seguridad en Sudán provocaron este jueves un nuevo muerto, en el cuarto día de protestas tras el golpe de Estado del lunes, rechazado por la calle y la comunidad internacional.
El general Abdel Fattah al Burhan, gobernante de facto de Sudán desde el derrocamiento de Bashir, disolvió el lunes el frágil gobierno que debía conducir al país a un mando civil.
El jueves, el Consejo de Seguridad de la ONU expresó este jueves su "profunda preocupación por la toma del poder militar" e instó a la junta sudanesa a restaurar el gobierno civil.
En la misma línea, el presidente estadounidense, Joe Biden, declaró en un comunicado: "Nuestro mensaje a las autoridades militares de Sudán es claro: el pueblo sudanés debe estar autorizado a manifestar pacíficamente y el gobierno de transición dirigido por civiles debe ser restaurado".
Según las autoridades sanitarias, además de los ocho muertos, más de 170 manifestantes resultaron heridos en los últimos cuatro días de enfrentamientos entre una contestación decidida a seguir en la calle hasta el restablecimiento de un gobierno civil y unas fuerzas de seguridad armadas con fusiles, gases lacrimógenos y balas de caucho.
El jueves por la noche, además del manifestante fallecido, otros seis resultaron heridos de bala en Jartum Norte, un suburbio separado de la capital sudanea por el Nilo, indicaron médicos a la AFP.
"Podría haber más muertos pero es difícil establecer contactos con Jartum Norte para que nos lo confirmen", advirtió el Comité de Médicos, un sindicato prodemocracia.
Los manifestantes tratan de defender sus barricadas, en un intento de paralizar el país con una campaña de "desobediencia civil" decretada por prácticamente todos los movimientos de la oposición.
De hecho, comercios permanecen cerrados por esas campañas de desobediencia civil, y los movimientos prodemocracia intensificaron los llamados a celebrar "protestas de un millón" el sábado.
"Las fuerzas de seguridad han intentado desmontar nuestras barricadas, disparando gas lacrimógeno y balas de goma", contó el manifestante Hatem Ahmed, del norte de Jartum.
"Pero nosotros las reconstruimos apenas se van, solo quitaremos las barricadas cuando vuelva el gobierno civil", aseguró.
El golpe fue el último en azotar al empobrecido país del este de África, que ha tenido solo breves períodos democráticos desde su independencia en 1956.
El primer ministro Abdalá Hamdock, quien fue detenido el lunes por los militares cuando arrestaron a numerosos dirigentes civiles, permanece recluido en su casa bajo vigilancia. Otros ministros están bajo arresto miliar.
Un comunicado conjunto de Estados Unidos, la Unión Europea, Reino Unido, Noruega y otros países enfatizó que continúan reconociendo al "primer ministro y su gabinete como los líderes constitucionales del gobierno de transición".
Burhan, un militar de alto rango durante las tres décadas de gobierno autoritario de Bashir, destituyó el miércoles a seis embajadores sudaneses tras asegurar que tomaron partido con los dirigentes civiles detenidos.
El miércoles, el emisario de la ONU, Volker Perthes, insistió ante Hamdok y Burhan en la necesidad de un "retorno al proceso de transición" y de la "liberación inmediata de todos los detenidos arbitrariamente".
Las fuerzas de seguridad han arrestado, a veces incluso en sus casas, a activistas y manifestantes. El jueves por la noche, la televisión pública anunció que había destituido a su director, Loqman Ahmed, un veterano defensor del poder civil.
Por su parte, el general Burhan asegura que pronto nombrará nuevas autoridades y mantiene a la mayoría de los dirigentes civiles "bajo vigilancia" o detenidos.
Para explicar su maniobra, el general Burhan alegó el martes que existía un riesgo de "guerra civil" tras una manifestación masiva contra el ejército. Pero esto no convenció a la Unión Africana, que suspendió a Sudán de sus instituciones, ni al Banco Mundial ni Estados Unidos, que congelaron sus ayudas al país.
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FUENTE: AFP
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