Julian Nagelsmann, entrenador del Bayern lo reconoce: "No es suficiente...". Su primera temporada en el equipo, con las eliminaciones prematuras en Liga de Campeones y en copa de Alemania, supone un fracaso a medias, a pesar del título de Bundesliga logrado el sábado.
Primera temporada de Nagelsmann en el Bayern se salda con resultado discreto
Julian Nagelsmann, entrenador del Bayern lo reconoce: "No es suficiente...". Su primera temporada en el equipo, con las eliminaciones prematuras en Liga de Campeones y en copa de Alemania, supone un fracaso a medias, a pesar del título de Bundesliga logrado el sábado.
"La rápida eliminatoria en las dos copas, en los cuartos de final de la Liga de campeones contra el Villarreal y en la copa de Alemania contra el Borussia Mönchengladbach por 5-0, eclipsan la décima victoria consecutiva del campeonato, incluso con soberanía", analizaba esta semana la revista de fútbol Kicker.
Nagelsmann lo sabe y se adelantó a las críticas para mostrar que él mismo ya ha asumido como suyas las ambiciones del equipo. Los resultados de esta temporada "no son suficientes", admitió.
"Las semifinales de Champions League son siempre el objetivo mínimo del Bayern y fuimos eliminados muy pronto en la copa de Alemania", justificó.
El 5-0 encajado ante el Mönchengladbach en octubre vertió un jarro de agua fría después de la euforia de los primeros meses. Mirando hacia atrás, ese revés anunciaba otros partidos problemáticos, como en Salzburgo (1-1) o Villarreal (1-0) en los partidos de ida en los cruces de Champions.
Su fútbol no se cuestiona: ofensivo, tácticamente brillante y espectacular, corresponde perfectamente a lo que espera el Bayern. Sus "fracasos" fueron consecuencia de faltas de concentración, derrumbes tan repentinos como inexplicables para el espíritu combativo del equipo.
El propio Nagelsmann reconoció que no tenía la explicación.
La dirección del equipo, sin embargo, no pierde la cabeza. El entrenador de 34 años, que se ganó la reputación de ser un superdotado durante sus primeras experiencias en Hoffenheim y Leipzig, sigue siendo la piedra angular del proyecto del club bávaro para los próximos años.
"No vamos a echarnos a llorar", suavizó el patrón del club Oliver Kahn, después de la eliminación en Liga de Campeones. "La temporada que viene tendremos de nuevo nuestra oportunidad y estaremos de nuevo al ataque".
La prensa alemana se pregunta sin embargo si con sus predecesores Uli Hoeness y Karl-Heinz Rummenigge se hubiera actuado de la misma manera, después de que el club en el pasado presionara a los entrenadores o incluso les despidiera la noche después de una derrota.
Por el momento, el futuro de Nagelsmann no está amenazado. Pero el joven técnico conoce la historia del 'Rekordmeister': el puesto de mando es una silla de eyección. Cinco entrenadores han pasado por el banquillo del Bayern desde que Pep Guardiola abandonara el club en 2016 (seis si se cuenta a Willy Sagnol, interino un partido en 2017).
"No sé lo que me espera, pero no tengo miedo, hay cosas más graves...", dijo después de que un periodista le preguntara por la primera vez a inicios de abril sobre la posibilidad de ser despedido, después de la temporada a medio gas.
Sus principales problemas vienen por redes sociales, donde afirma haber recibido "450 amenazas de muerte" después de la eliminación contra el Villarreal.
"Esas críticas son injustificables", le defendió la leyenda de los banquillos alemana Ottmar Hitzfeld (vencedor de la Champions League con el Dortmund en 1997 y con el Bayern de Múnich en 2001). "No podemos ganar todos los partidos. En mi opinión ha hecho un muy buen trabajo y tiene una gran personalidad. Es el entrenador que le hace falta a este equipo".
En su primera temporada, Nagelsmann ha conseguido conciliar algunos de los condicionantes imperativos que aseguran la supervivencia de un entrenador en Múnich: tener el apoyo y la confianza de las estrellas del vestuario y ser leal a la dirección. Muchos de sus predecesores fallaron en alguno de los dos condicionantes.
Le queda ahora demostrar la dimensión de sus ambiciones: el Bayern no perdona por mucho tiempo a aquellos que no brillan en Liga de Campeones.
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FUENTE: AFP
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