Perú

Presidente Kuczynski se salvó de la destitución gracias a un Fujimori

Acosado por una relación poco transparente con la multinacional de las coimas Odebrecht obtuvo un apoyo inesperado y podrá seguir con su gestión

El presidente peruano, Pedro Pablo Kuczynski logró salvarse de ser destituido tras un maratónico debate en el Congreso.

"El gringo" llegó al poder hace un año y medio con una enorme sonrisa, dando pasos de baile, y siendo una carta de probidad tras el paso de tres presidentes (Alan Garcia, "El Cholo" Toledo, Ollanta Humala) que se fueron por la puerta de atrás acusados de corrupción.

Sin embargo, el largo brazo de Odebrecht también lo alcanzó a él. Y casi consigue lo que no pudo en otros casos: derrumbarlo en pleno ejercicio del poder.

"No soy corrupto y no he mentido, jamás he favorecido a ninguna empresa, siempre he actuado de acuerdo a ley y a la ética profesional", agregó, afirmando que mientras era ministro la empresa de su propiedad que prestó asesorías a Odebrecht era gestionada por su exsocio, el chileno Gerardo Sepúlveda.

Finalmente no fue aprobado el pedido de vacancia por causal de incapacidad moral permanente.

La votación arrojó 79 votos a favor de la destitución, 19 en contra y 21 abstenciones. La oposición necesitaba 87 votos para declarar la vacancia presidencial.

Tras la sesión, Kuczynski llamó a la reconciliación entre los peruanos luego de evitar ser destituido por el Congreso por sus vínculos con la empresa brasileña Odebrecht.

"Peruanos. Mañana empieza un nuevo capítulo en nuestra historia: reconciliación y reconstrucción de nuestro país. Una sola fuerza, un solo Perú", escribió el mandatario en Twitter, quien salió al balcón de su casa, en el exclusivo municipio limeño de San Isidro, para saludar a decenas de personas que llegaron a felicitarlo.


Para el mandatario el susto de la destitución pasó y el baile continuará, pero deberá tener presente a la fuerte oposición encabezada por el partido fujimorista Fuerza Popular y algunas agrupaciones de izquierda.

Su triunfo en el parlamento es un balón de oxígeno para reformular sus políticas y no ser tan confiado, como lo describen su esposa y sus amigos.

"El (Kuczynski) siempre quería regresar al Perú para ayudar, para empujar a este país, para que sea un mejor país y confió demasiado en algunas personas, no chequeó su contabilidad, no chequeó otras cosas, sufrió por tener demasiada confianza", cuenta su mujer, la estadounidense Nancy Lange.

"Nadie es perfecto", señala a modo excusa su consejero Máximo San Román, empresario y exvicepresidente de Alberto Fujimori hasta el autolpe de abril de 1992.

Las mayores críticas contra Kuczynski han sido por sus actividades en el sector privado. Sus opositores lo acusan de mantener vínculos con grandes trasnacionales y de actuar como lobista.

En la calle se dice que es un "pituco" (persona adinerada y frívola), pero él lo rechaza y siempre saca su historia de haber vivido de pequeño en la ciudad selvática de Iquitos. "Soy un gringo charapa", como se denomina a los nacidos en la Amazonía.

"Dicen que estoy viejo, pero el coco (cerebro) y la experiencia me funcionan", declara este economista de 79 años e hijo de un médico alemán que llegó a Perú con su familia en 1936 huyendo de la Alemania nazi.

EL FACTOR KENJI

El partido fujimorista, Fuerza Popular, ha mantenido contra las cuerdas a Kuczynski desde que comenzó su mandato. Pero el fantasma de Odebrecht también persigue a Keiko Fujimori, hija del encarcelado expresidente Alberto Fujimori, quien es investigada por supuestos pagos recibidos de la empresa.

El hermano de Keiko, el legislador Kenji Fujimori, quien ha sido crítico de la conducción partidaria, se abstuvo en la votación, lo que indignó a algunos de sus correligionarios, que lo increparon, según imágenes de la televisión.

"El factor Kenji fue decisivo. Tremenda derrota política de Fuerza Popular", dijo el analista político Fernando Tuesta, en alusión a que 10 legisladores de ese partido se abstuvieron en la votación.

Odebrecht admitió haber pagado 29 millones de dólares en sobornos en Perú entre 2004 y 2015, periodo que abarcó los gobiernos de Alejandro Toledo (2001-2006), en el que Kuczynski fue ministro; Alan García (2006-2011) y Ollanta Humala (2011-2016).

Humala es acusado de recibir tres millones de dólares para su campaña electoral de 2011, mientras que contra Toledo pesa una orden de extradición desde Estados Unidos por recibir presuntamente 20 millones de dólares en sobornos para conceder a Odebrecht la construcción de una carretera.

GRADUADO EN POLÍTICA, FILOSOFÍA Y ECONOMÍA

Cuando asumió la presidencia, en julio de 2016, sorprendió a los peruanos dando pasos de baile y durante la primera reunión del Consejo de Ministros, puso a todos a hacer ejercicios en el patio del Palacio de Gobierno.

Entre bromas decía que la presidencia sería su último trabajo, alegando que por su edad estaba más cerca de una jubilación que de buscar perpetuarse en el poder. La frase aludía, sin nombrarla, a su rival electoral Keiko Fujimori, de quien se sospechaba que en caso de ganar podía modificar la Constitución para buscar una reelección.

Al exbanquero de Wall Street y empresario, se le conoce como "el gringo" por su marcado acento anglosajón heredado de una educación en Estados Unidos y Gran Bretaña. Se graduó en política, filosofía y economía en Oxford y en administración pública en la Universidad de Princeton.

Influyó el hecho de contar, además, con la nacionalidad estadounidense, a la que debió renunciar para postular a la presidencia. En Perú, se lo conoce popularmente como PPK, por las iniciales de su nombre, una fórmula sencilla para un apellido impronunciable para la mayoría de sus compatriotas.

Casado dos veces, ambas con estadounidenses, Kuczynski es padre de cuatro hijos. Desde 1997 su esposa es Nancy Lange, prima de la actriz Jessica Lange.

Es crítico del proteccionismo comercial, que enarbola el presidente estadounidense Donald Trump. Sin embargo, coincidió con él en sus condenas al régimen de Nicolás Maduro en Venezuela.

Ha sido uno de los promotores del Grupo de Lima, que reúne a una docena de países críticos del gobierno venezolano.

LA NUBE PPK

Paradójicamente, Kuczynski proyectó mejor imagen fuera de Perú que dentro de su país. Su talante dio pie a la imagen de un presidente que parecía vivir en una nube, en un mundo paralelo que le permitiría llevar su mandato en paz, sin pelear con sus adversarios, para acabar su gestión feliz y cerrar así lo que parecía una brillante hoja de vida, tanto pública como privada.

Percibido como un hombre frío y poseedor de un cáustico sentido del humor, sus recurrentes bromas fuera de lugar empezaron a no encajar en el imaginario peruano.

Como PPK integró en el pasado directorios de varias empresas, sus detractores habían expresado temores de que desde la presidencia defendería intereses particulares. "Esas son tonterías. Mis manos están limpias", respondió Kuczynski.

"Yo no soy político, soy un economista que quiere hacer algo por su país", dijo el también concertista de flauta traversa del Royal College of Music. Su afición a las artes se la inculcó su madre, Madeleine Godard, de origen franco-suizo y tía del cineasta Jean-Luc Godard.

Nacido en Lima el 3 de octubre de 1938, en el ambiente amazónico el presidente pasó gran parte de su infancia. Ahí forjó su fortaleza de carácter y resistencia a la adversidad, que este jueves le ayudó a superar el intento de destitución.


Decenas de personas llegaron hasta la casa del presidente para felicitarlo tras la votación, una dura derrota para la oposición fujimorista que promovía la destitución del mandatario de 79 años.

"Mi expectativa es empezar a vivir otra vez en reconciliación nacional, en un espacio de paz por el bien de nuestros pobladores, porque cada poblador quiere vernos trabajar juntos", dijo la segunda vicepresidenta peruana, Mercedes Aráoz.

"Se le esta dando una oportunidad histórica, que no la desperdicie, que no la deje de lado. Convoque a un nuevo gabinete, nueva forma política", dijo el analista político Carlos Torres Caro.

CELEBRÓ HUMALA DESDE LA CÁRCEL

El expresidente Ollanta Humala, bajo prisión preventiva por el caso Odebrecht, se congratuló una vez que Kuczynski ganó la votación en el Congreso: "Salió adelante la estabilidad política del país", escribió en Twitter.

"El peligro no ha pasado. Esto debe asumirse con humildad y sentido autocrítico. No hay tiempo para celebrar, es tiempo de trabajar", añadió Humala.

La oposición acusaba al presidente de haber mentido sobre sus vínculos con Odebrecht.

El mandatario y de su abogado presentaron sus descargos durante más de dos horas y luego se inició el debate de los legisladores.

Sus adversarios mantuvieron las críticas luego de la votación del Congreso: "Es un triunfo de la corrupción, porque lo que han hecho los parlamentarios que han votado a favor es avalar que el presidente pueda cobrar dinero de Odebrecht. La lucha contra la corrupción va retroceder", dijo el legislador Mauricio Mulder, del partido Aprista (socialdemócrata).

El Congreso abrió el proceso de "vacancia" presidencial por "permanente incapacidad moral", días después de que Odebrecht revelara que pagó casi cinco millones de dólares por asesorías a empresas ligadas a Kuczynski, mientras él era ministro.

"No soy corrupto y no he mentido, jamás he favorecido a ninguna empresa, siempre he actuado de acuerdo a ley y a la ética profesional", declaró el presidente ante el Congreso, agregando que mientras era ministro la empresa suya que prestó asesorías a Odebrecht era gestionada por su exsocio, el chileno Gerardo Sepúlveda.

En "la práctica estamos ante un golpe de Estado", si el Congreso destituía al presidente, advirtió su abogado.

Varios analistas habían anticipado que Kuczynski se convertiría en el primer presidente en perder su puesto por vínculos con Odebrecht, empresa envuelta en el pago de sobornos en varios países de América Latina para conseguir millonarios contratos de obras públicas.

Sin embargo, de manera reservada el gobierno realizó en los últimos días esfuerzos para tratar de convencer a legisladores opositores no fujimoristas que votaran contra la "vacancia".

El presidente había negado desde antes de asumir el mando, el 28 de julio de 2016, que tuviese vínculos con Odebrecht, hasta que fue desmentido por la propia empresa.

Hace ocho días este escándalo de corrupción se cobró otra prominente víctima en el vecino Ecuador: el vicepresidente Jorge Glas fue condenado a seis años de cárcel por recibir sobornos.

 

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