No querían Ñato, dos platos...

 

“Bienvenido al club” dirá el ministro de Economía y Finanzas, Fernando Lorenzo, a Eleuterio Fernando Huidobro cuando lo reciba en el Consejo de Ministros.

El sorpresivo alejamiento de Luis Rosadilla del Ministerio de Defensa había provocado una “pérdida irreparable” para el gobierno, según palabras del propio presidente José Mujica.

Problemas de salud que se agudizaban con el stress laboral, y un inminente tratamiento con internación, obligaron a Rosadilla a dejar la Secretaria de Estado en la que se desempeñaba desde la instalación del nuevo período de gobierno frenteamplista.

Mujica considera que para un gobierno de izquierda, la cartera de Defensa es la más difícil, si ese gobierno no se hace el distraído o mira para el costado.

Para el presidente, el Ministerio de Defensa constituye -junto a Interior y Relaciones Exteriores- uno de los tres pilares sobre los que se asienta la estabilidad institucional del país.

Por eso había dado una primera pista sobre el perfil que buscaba para el cargo: un hombre de la vieja guardia, de su absoluta confianza política, pero con experiencia en la gestión.

Los caminos conducían a tres hombres del “riñón” presidencial: Eleuterio Fernández Huidobro, Eduardo Bonomi y Julio Baráibar.

La posibilidad de Bonomi no fue considerada y el presidente se aseguró este jueves una primera respuesta favorable: la del embajador itinerante, ex director nacional, subsecretario y ministro de Trabajo, Julio Baráibar.

Tan es así, que en la misma noche del jueves, legisladores del MPP recibieron la información de que el nombramiento se formalizaría durante la reunión del Consejo de Ministros especial de este viernes.

Baráibar es un hombre de consulta permanente del presidente en la Torre Ejecutiva, donde se le ve entrar y salir todos los días, llegando en su propio vehículo color azul metalizado.

Hábil negociador, conciliador, sereno en sus expresiones, de trato afable pero reservado en el manejo de los temas de gobierno, era un candidato cantado. Y  al decir de un burrero de ley, que cuesta encontrar en filas de la izquierda, su designación “pagaba dos pesos”.

Pero el presidente tenía el “dos de la muestra” y sin cantar truco, esta mañana sorprendió a propio y ajenos en el Consejo de Ministros.

Eleuterio Fernández Huidobro ni siquiera pudo pensar en la respuesta que daría a Mujica.

Siempre dijo ser “un soldado del presidente” que se cuadraría ante él cuando se lo pidiera.

Cuando renunció hace poco tiempo al Senado,  afirmó que no se iría para su casa y que iba a seguir militando por la causa “del Pepe”.

Los años de cuartel acumulados y el período en el Ministerio que sumará ahora,  tal vez le dan razón al futuro jerarca en su “pretensión” siempre reivindicada públicamente de cobrar una jubilación de la Caja Militar.

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