Murió Carmen Balcells, la "madre del boom" de la literatura latinoamericana

A los 85 años se fue una de las más grandes editoras del mundo castellano. Dirigió las carreras de Vargas Llosa y García Márquez, entre muchos otros

Este lunes murió en Bacelona a los 85 años la gran agente literaria Carmen Balcells, considerada la madre del "boom latinoamericano" liderado por Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa en los años 60.

Representó a los más grandes escritores de lengua castellana. Algunos de los que dejaron que dirigiera sus carreras fueron Pablo Neruda, Vicente Aleixandre y Camilo José Cela. También estaban en su cartera Rafael Alberti, Gonzalo Torrente Ballester, Miguel Delibes, Manuel Vázquez Montalbán, Juan Goytisolo, Juan Marsé, Jaime Gil de Biedma, Eduardo Mendoza o Javier Cercas. Entre las celebridades latinoamericanos, como Carlos Fuentes, Julio Cortázar, Alfredo Bryce Echenique, Isabel Allende, Augusto Roa Bastos y el uruguayo Juan Carlos Onetti.

Ballcels fue muy valorada por los autores, ya que logró eliminar los contratos vitalicios y otros excesos editoriales como imponer las cláusulas de cesión por tiempo limitado de un libro.

La editora había nacido en 1930 en la localidad ilerdense de Santa Fe de Segarra.
Gozaba de enorme prestigio internacional desde hace décadas, y deja como legado su empresa, la agencia literaria que lleva su nombre, con sede en Barcelona.

MEMORIAS VENDIDAS. En 2011, Ballcels vendió al Ministerio de Cultura de España en 3 millones de dólares la correspondencia, los manuscritos, las portadas inéditas de libros, los secretos y las confesiones de los autores más representativos del boom latinoamericano’

En esos documentos se evidencian los  temores y los problemas por los que pasaron autores como Mario Vargas Llosa, Gabriel García Márquez, Pablo Neruda, Juan Carlos Onetti, Isabel Allende y otros, a lo largo de su carrera literaria.

Informa el diario El Comercio, que es en ese marco que se puede leer una carta que Vargas Llosa le hace llegar a Balcells el 25 de marzo de 1969 a propósito de su frustración por no poder dedicarse exclusivamente a la literatura.

“Ocurre que cada día estoy más harto de dar clases y de vivir como un gitano, y cada día más dispuesto a llegar al asesinato para poder mandar al diablo los trabajos alimenticios y dedicarme solo a escribir”, see lee en la misiva escrita a mano por el Premio Nobel 2010.
También se lee a una preocupada Dorotea Muhr narrar las peripecias de Juan Carlos Onetti, su esposo, tras el golpe militar de Uruguay.

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