La muerte del fiscal Alberto Nisman ocurrida este domingo conmueve a la sociedad argentina. Su cuerpo fue encontrado en el baño, de su apartamento en el edificio Le Parc, situado en el residencial barrio de Puerto Madero. Esta lunes a las 15 horas iba a presentarse en el Parlamento para denunciar a la presidenta Cristina Kirchner de complotar a favor de los iraníes acusados del atentado al local judío AMIA, en 1994, cuyo saldo fue de 85 muertos.
Muerte de Nisman, el fiscal que acorraló al gobierno de Cristina Kirchner
Investigaba el atentado desde el año 2000 en forma exclusiva. Este lunes iba a presentar pruebas del presunto complot del gobierno argentino e Irán
Nisman fue encontrado en medio un charco de sangre, presentaba una bala en el cráneo y hay especulaciones de todo tipo sobre el calibre 22. Fuentes con acceso a la causa dijeron a la agencia DyN que Nisman tenía un arma registrada ante el RENAR, pero que le pidió otra a un amigo "por razones de seguridad".
Desde hacía un tiempo, el funcionario hablaba recurrentemente de la muerte. "Esté o no esté las pruebas están", dijo hace pocos días, en declaraciones que ahora se vuelven significativas.
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Su muerte ¿fue suicidio? Puede ser. "Todos los caminos conducen al suicidio", dijo el ministro de Seguridad de la nación Sergio Berni, uno de los primeros visitantes de la escena.
¿Pudo haber sido asesinado? También es probable. Nisman había tocado intereses muy importantes del actual gobierno, que se plantea seguir en el poder luego de la segunda presidencia de Cristina Kirchner.
Cualquiera sea la verdad, el propio Nisman preanunció de algún modo su muerte cercana: "Yo puedo salir muerto de esto", declaró al diario Clarín.
Según publica este lunes el diario, le dijo a los periodistas que necesitaba concentrarse este fin de semana para estudiar su presentación de este lunes ante la Comisión de Legislación Penal de la Cámara de Diputados que preside Patricia Bullrich.
Estaba con custodias en forma permanente. En una entrevista en el programa de la señal TN había hablado de lo que significaba el fuego cruzado de la causa AMIA. Precisamente, el domingo a la tarde los propios custodios del fiscal alertaron a la secretaria que no atendía los llamados telefónicos ni el timbre de su departamento en Puerto Madero.
Para el periodista Alfredo Leuco, que comparte con Jorge Lanata un programa en Radio Mitre, se trata "de una muerte política", una especie de "suicidio inducido". “El fiscal hizo una de las denuncias más delicadas y que más conmocionó en el último tiempo, sea por suicidio o asesinato, esto es una muerte política”, afirmó.
La presión en la vida del fiscal era constante en una Argentina polarizada entre quienes detenan el gobierno y quienes no están de su lado. "Yo antes de empezar todo esto le tuve que decir a mi hija de 15 años que iba a tener que escuchar las peores cosas de su padre. No me agrada tener custodia, pero sé que es necesario pero tengo una vida privada", había dicho días atrás.
Precisamente con ella había estado en los últimos días de vacaciones en Londres. Una foto que se puede ver en la galería de imágenes ilustra estos últimos días.
Alberto Nisman tenía 51 años, y durante los últimos 14, su única función en la Justicia fue investigar el atentado contra la mutual judía AMIA como fiscal coadyuvante primero, y como jefe de una unidad creada especialmente para ese fin. Desde hace meses venía recibiendo amenazas de muerte y llamadas extrañas, según denunció a los medios.
Abogado y profesor de Derecho Penal en la Universidad de Buenos Aires y profesor de Derecho Procesal Penal en la universidad de Belgrano, inició su carrera en los tribunales de Morón. Estuvo casado con la jueza de San Isidro Sandra Arroyo Salgado, con quien tuvo dos hijas, pero la pareja se separó hace aproximadamente dos años.
En 2004 Néstor Kirchner lo designó al frente de la Unidad Fiscal investigativa. Fue un reconocimiento, porque ya venía trabajando en la causa desde el año 2000. Fue desde esa Unidad, que el 25 de octubre de 2006 formuló oficialmente la acusación contra Irán. Además, le pidió al juez Rodolfo Canicoba Corral que ordene las detenciones de siete ex funcionarios de ese país, encabezados por el ex presidente Alí Rafsanjani, y de un líder del grupo libanés Hezbollah.
El dictamen atribuía el atentado a terroristas de Hezbollah instigados por Irán. El móvil -según la acusación- fue la suspensión en 1991 de una asistencia en tecnología nuclear que la Argentina brindaba a Irán a través de convenios firmados durante el gobierno de Raúl Alfonsín.
En su momento, la difusión de los cables de Wikileaks no dejaron bien parado al fiscal. Allí, se conocieron vínculos poco ortodoxos del funcionario con la Embajada de Estados Unidos, uno de los principales interesados en el esclarecimiento de la causa.
Esta información fue dada a conocer por el periodista Santiago O’Donnell en sus libros Argenleaks y Politileaks, y constituyó un punto de inflexión en la consideración que tenía el gobierno hacia su desempeño en la causa.
Tras la imputación contra los iraníes la causa no logró grandes avances. Y cuando el gobierno nacional decidió impulsar el memorándum de entendimiento con Irán para lograr la declaración indagatoria de los iraníes en el exterior, Nisman se convirtió en uno de los más acérrimos opositores a esa estrategia.
La expresión más acabada de esa conducta fue su reciente denuncia sobre un presunto complot entre el gobierno argentino y el iraní para encubrir a los acusados y desviar la investigación a cambio de negocios con lrán.
Estas fueron algunas de las acusaciones que Nisman había contra el gobierno de Cristina Kirchner en el programa "A dos voces".
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