Ministerio del Interior fundamenta la necesidad de tipificar el femicidio

Charles Carrera sostiene que “lo que se busca es llamar a las cosas por su nombre y reagrupar problemas para su visibilidad y abordaje”.

El director general del Ministerio del Interior, Charles Carrera, publicó una columna de reflexión de cara al mes de la mujer.

En los primeros dos meses del año se registraron seis femicidios comprobados, y dos que se investigan bajo la presunción de femicidio.

Carrera detalla que si bien las víctimas fatales son tanto hombres como mujeres, “el problema de la violencia que aqueja a hombres y a mujeres no es el mismo en sus causas, ni en la intensidad ni en la cantidad”, y que “hay elementos específicos a cada género que aumentan o disminuyen la vulnerabilidad a ser víctima de ciertos delitos”.

Como los homicidios a varones y a mujeres tienen características objetivas diferentes, Carrera considera que necesitan abordajes distintos. “Ninguna muerte es más importante que la otra, pero requieren políticas diferentes”, reflexiona.

Según datos de el Observatorio Nacional del Crimen, dependiente del Ministerio del Interior, los hombres suelen ser asesinados por hombres en el marco de hechos delictivos, sin embargo, la mayor parte de las mujeres son asesinadas por hombres conocidos de su entorno más cercano, “principalmente por pareja o expareja”, detalla.

Y los asesinatos de mujeres en este marco siguen además patrones específicos según las víctimas hubieran convivido o no con sus homicidas.

“Cuando víctima y autor convivían al momento del hecho los incidentes ocurrieron en su gran mayoría dentro del domicilio que compartían; cuando habían convivido con anterioridad, los incidentes se desarrollaron en su mayoría en el domicilio de la víctima; y cuando no convivieron ocurren en mayor medida en la vía pública”, escribe Carrera según datos que serán publicados en unos días en el marco del informe “Homicidios a mujeres a manos de (ex) parejas en Uruguay”.

Además, cuando la víctima y su homicida convivían, aumenta la proporción de utilización de armas de fuego y también el grado de premeditación del hecho.

En los últimos 5 años 106 mujeres perdieron la vida en manos de sus parejas o exparejas varones, y en el mismo período fueron asesinados 28 hombres en manos de sus parejas o exparejas mujeres.

Carrera aboga por la creación de la figura de FEMICIDIO, llamando así “a los asesinatos de mujeres llevados a cabo por varones, que sienten que tienen derecho a hacerlo o que en su sentimiento de superioridad hacia ellas efectivizan actos que violentan la integridad física, psicológica, sexual, etc.”, y entiende que “los femicidios son la expresión más violenta de las relaciones de poder desiguales entre varones y mujeres, y tienen un preámbulo de ejercicio de violencia que incluye distintos tipos de abuso como violación, tortura, esclavitud sexual (particularmente prostitución), abuso sexual infantil incestuoso o extra-familiar, golpizas físicas y emocionales, etc.”.

Además, la Encuesta Nacional de Prevalencia sobre violencia del año 2013 en Uruguay arroja que más del 45% de las mujeres que tienen o han tenido pareja declaran haber vivido algún tipo de violencia, y que más de 300.000 niños, niñas y adolescentes viven en familias donde hay reporte de violencia de género.

En lo que refiere a denuncias recibidas por la Policía, la violencia doméstica es el segundo delito más denunciado y el primero más denunciado al considerar los delitos contra la persona, según la columna.

Carrera repite varias veces en el texto que cuando se habla de femicidios hay personas que “malentienden” porque creen que se trata de priorizar unos homicidios por sobre otros, cuando “lo que se busca es llamar a las cosas por su nombre y reagrupar problemas para su visibilidad y abordaje”.

Charles Carrera dice que “a nadie se le ocurriría que por entender que todos los problemas de salud son importantes, vaya a desmerecer la necesidad de que existan especializaciones para abordar mejor los distintos subgrupos de problemas aunque con una base de formación común. ¿O acaso es lo mismo que para un problema de arterias coronarias nos atienda un ginecólogo porque el cuerpo humano es uno solo?”.

Por último, Carrera sostiene que contar con la Ley Integral de Género permitiría:

  • Coordinar, ordenar y mejorar las respuestas del Estado frente a la violencia;
  • Orientar para que en todas las áreas del Estado se desarrollen políticas públicas coordinadas para la prevención de la violencia;
  • mejorar el acceso a la justicia;
  • mejorar las medidas de protección a las víctimas;
  • que las víctimas puedan realizar todos los trámites judiciales en un mismo lugar y ante las mismas personas y las respuestas sean más integrales y eficaces;
  • Juzgados Multimaterias;
  • medidas de protección, pensión alimenticia, tenencia y suspensión de visitas, penal etc;
  • que los delitos sexuales contra niños, niñas y adolescentes no prescriban con el paso del tiempo, para tener mejores herramientas para combatir el abuso sexual,
  • delitos de VBGG a través de medios tecnológicos,
  • Establecer los derechos de las víctimas y de las niñas niños y adolescentes en el sistema de justicia.
  • Sistema de respuesta para la atención de las víctimas de violencia.

Columna completa aquí.

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