Mariana, con 23 años, vuelve con su tropilla a la Criolla del Prado

La operativa de los caballos salvajes suele estar reservada a los hombres de campo, pero Mariana emprendió este camino con determinación.

Desde ayer, y hasta el próximo domingo, 90 jinetes de Argentina, Brasil, Chile y Uruguay competirán en las diferentes modalidades.

El domingo se dio inicio a la primera jineteada. En esta edición participan 28 tropillas de 14 caballos y habrá 720 montas.

Subrayado conversó con Mariana González, una tropillera duraznense de 23 años, que llega al Prado con su tropilla por segunda vez, acompañada de su familia.

Dalton Delgado es capataz de campo de la Criolla del Prado desde hace varios años, y los habitués lo reconocen por su porte afable y su trato amable ordenando los palenques, y según dice Mariana, es gracias a la oportunidad que él le dio que logró llegar con su tropilla al Prado.

Mariana destaca la oportunidad de trabajar como tropillera en el Prado que se ganó “porque a veces no es fácil que como mujer te den un lugarcito”.

Es que, hablando en citadino, las tropillas están compuestas por caballos casi salvajes, y trabajar con ellos requiere no sólo de conocimiento, sino de destreza física. Algunos lo resuelven con fuerza, otros con rezos, y otros con maña, pero lo cierto es que tanto la tarea con las tropillas para jineteada, como la jineteada en sí, suele estar reservada para de los hombres de campo.

Para Mariana, llegar como tropillera al Prado es un sueño hecho realidad, y el apoyo de su familia, especialmente de su padre, fue fundamental.

Durante el año, Mariana se dedica a la ganadería, y trabaja en el campo de su padre.

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