Malí buscó empresas privadas rusas para su seguridad y acusó a Francia de "abandono"

Malí pidió a empresas privadas rusas que refuercen su seguridad, según confirmó el sábado el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, mientras el líder maliense acusaba a Francia de abandonar el país asolado por el conflicto al preparar una gran retirada de sus tropas.

Malí pidió a empresas privadas rusas que refuercen su seguridad, según confirmó el sábado el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, mientras el líder maliense acusaba a Francia de abandonar el país asolado por el conflicto al preparar una gran retirada de sus tropas.

Los países europeos habían advertido al gobierno maliense, al margen de la Asamblea General de la ONU esta semana, que no contratara a los paramilitares del controvertido grupo Wagner.

Pero con Francia lista para reducir su presencia militar en Mali, el ministro de Exteriores ruso, Sergey Lavrov, dijo que el gobierno de Malí se estaba volviendo hacia "empresas privadas rusas".

"Se trata de una actividad que se ha llevado a cabo sobre una base legítima", dijo Serguei Lavrov a periodistas. "No tenemos nada que ver con eso".

Agregó que el gobierno maliense estimó que "sus propias capacidades serían insuficientes en ausencia de apoyo externo" e inició las discusiones.

Según informes, el gobierno de Bamako, dominado por el ejército, está cerca de contratar a 1.000 paramilitares de la firma privada rusa de seguridad Wagner.

Francia advirtió a Malí que si lo hacía aislaría al país a nivel internacional.

Pero el primer ministro de Malí, Choguel Kokalla Maiga, acusó el sábado a Francia de abandonar al país devastado por el conflicto con su decisión de reducir sus tropas en el terreno este año.

Maiga dijo ante la Asamblea General de la ONU que lamentaba el "anuncio unilateral" de Francia que, según él, justifica que su gobierno "busque otros socios".

La compañía rusa Wagner es considerada cercana al presidente Vladimir Putin y los países occidentales la acusan de actuar en nombre de Moscú.

Los paramilitares, los instructores de seguridad privada y las empresas de Rusia se han vuelto cada vez más influyentes en África en los últimos años, particularmente en la conflictiva República Centroafricana, donde Naciones Unidas ha acusado a los contratistas de Wagner de cometer abusos.

Moscú admite haber enviado "instructores" a ese país, pero dice que no participan activamente en combates.

Rusia insiste en que no hay paramilitares en Libia, a pesar de que Occidente afirma lo contrario.

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FUENTE: AFP

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