Con las tropas rusas campando en las fronteras ucranianas y el deporte internacional centrado en los Juegos Olímpicos de Pekín, en Georgia es inevitable revivir la dolorosa guerra con Moscú de hace 14 años.
Las tensiones ruso-ucranianas despiertan dolorosos recuerdos en Georgia
Con las tropas rusas campando en las fronteras ucranianas y el deporte internacional centrado en los Juegos Olímpicos de Pekín, en Georgia es inevitable revivir la dolorosa guerra con Moscú de hace 14 años.
En 2008, mientras la capital china acogía sus primeros Juegos de Verano, Rusia lanzó un ataque devastador contra este país del Cáucaso para socorrer la pequeña autoproclamada república de Osetia del Sur, cuyas consecuencias todavía se sienten.
Esta guerra relámpago, que provocó más de 700 muertos y decenas de miles de desplazados, estalló cuando las autoridades georgianas lanzaron su ejército al asalto de los combatientes prorrusos de Osetia del Sur.
Hoy en día, numerosos georgianos ven paralelismos entre lo que vivieron ellos en 2008 y la situación actual en Ucrania, que lleva meses bajo miedo de invasión con más de 100.000 soldados rusos desplegados en su frontera.
"Es horrible lo que vemos estos días en Ucrania", lamenta Zina Tvaladzé, refugiada de Osetia del Sur.
Su casa fue quemada por separatistas prorrusos de esa región bajo la mirada de las tropas rusas. "Nosotros tuvimos la suerte de escapar a una ejecución", recuerda.
Esta mujer de 53 años estima que el presidente ruso Vladimir Putin "quiere restaurar la Unión Soviética", aunque implique el derrame de sangre de rusos y ucranianos.
El hilo que une la crisis actual de Ucrania con la de Georgia en 2008 es la voluntad de estas dos antiguas repúblicas soviéticas de integrarse en la OTAN, un escenario inaceptable para Moscú.
Tres meses antes de la guerra de 2008, los miembros de la OTAN acordaron en una cumbre que Ucrania y Georgia "se convertirían en miembros" de la organización transatlántica.
Para Rusia, la instalación de esta alianza militar en sus fronteras constituye una amenaza en su seguridad y el Kremlin hizo todo para hacer fracasar el plan.
En Georgia, los combates duraron solo cinco días gracias a un alto el fuego negociado por la Unión Europea. Rusia reconocía la independencia de dos territorios separatistas georgianos prorrusos, Osetia del Sur y Abjasia, instalando bases militares.
En Ucrania, Moscú anexionó en 2014 la península de Crimea, un suceso que luego dio paso a una guerra entre las fuerzas de Kiev y los separatistas prorrusos del este del país que ha dejado más de 14.000 muertos, según el último balance de la ONU.
Durante los últimos meses de tensiones, las autoridades de Georgia no cesaron de mostrar su solidaridad con Kiev. Denunciando "provocaciones" rusas, la presidenta Salomé Zurabishvili dijo entender "perfectamente lo que los ucranianos sienten ahora".
Incluso algunos ciudadanos de ese país caucásico se han unido al ejército ucraniano, como Mamouka Mamoulachvili, que combatió las fuerzas rusas en 2008 y es ahora comandante de la "Legión georgiana" compuesta por cien soldados que refuerzan a Kiev.
"Luchamos por Ucrania, pero también por la libertad de Georgia", explca a AFP, añadiendo que una decena de voluntarios georgianos han muerto enfrentándose a los separatistas prorrusos en Ucrania desde 2014.
La crisis ucraniana es "un déjà-vu para los georgianos", resume el analista Gela Vasadzé, para quien "hay un consenso en el país sobre el hecho de que la caída de Ucrania significaría el fin del estatus de Estado de Georgia".
Moscú niega cualquier proyecto para invadir Ucrania, pero exige garantías para su seguridad, entre ellas la promesa de que la OTAN no seguirá su ampliación por su antigua zona de influencia, incluidas Ucrania y Georgia.
Los países occidentales rechazaron estas condiciones, pero la puerta sigue abierta para una resolución diplomática de la crisis.
Según Nona Mamulashvili, una de las dirigentes del principal partido opositor de Georgia, el MNU, el objetivo del Kremlin es forzar a los occidentales a renunciar a su respaldo a Kiev y Tiflis.
"La suerte de Georgia se decide actualmente en Ucrania", asegura.
Para Zina Tvaladzé, la refugiada de Osetia del Sur, una victoria en Ucrania podría alentar a Putin a finalizar lo que empezó en Georgia en 2008.
"Si Ucrania es derrotada, Georgia será su próximo trofeo", pronostica.
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FUENTE: AFP
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