La maldición de Tarzán

En el cine hay films malditos cuyos actores han muerto durante el rodaje, y otros han sido olvidados o trastornados.

La maldición de interpretar a Tarzán es un ejemplo de varios intérpretes que han sido signados por la mala suerte.
 
El famoso actor Tyrone Power falleció durante el rodaje de “Salomón y la reina de Saba”. Parte del elenco de “El conquistador de Mongolia” falleció de cáncer debido a una radiación en las locaciones elegidas.

También recordamos “Poltergeist”, con varias muertes en su haber, y se sabe que Superman trajo mala suerte a sus actores. En el caso del Rey de los Monos, en 1918 la carrera de Elmo Lincoln se vio afectada por la censura que sufrieron sus imágenes violentas, retirándose del cine para convertirse en minero.

Johnny Weissmuller fue el Tarzán más famoso de la historia. Tenía 67 records mundiales de natación. Su éxito fue tan colosal que la Metro no le dejó interpretar a otro personaje durante años. Nunca rodó en África. Los productores habían armado una selva con piscina dentro del gran predio de la Metro.

Quedó frustrado al abandonar a Tarzán y sólo pudo realizar una serie sobre el aventurero Jim de la Selva. Acabó en un hospital psiquiátrico, emulando su famoso grito de Tarzán por los pasillos.

Lex Barker realizó cinco películas y abrazó la vida de playboy. Su tercera esposa fue Lana Turner, cuya hija le acusó de abusos sexuales cuando tenía diez años. Se casó seis veces, su quinta esposa se suicidó y la sexta falleció de un infarto.

Jock Mahoney encarnó a Tarzán en los años 60 debido a su imponente envergadura. Durante un rodaje en Tailandia contrajo la fiebre del dengue. Perdió 20 kilos y la Metro lo despidió.

Alexander Skarsgard, un sueco de 39 años, es quien acaba de interpretar “La leyenda de Tarzán”, con criaturas digitales y una historia que no convence. Las críticas han sido decepcionantes. No parece que el actor vaya a romper la maldición que persigue al famoso “hombre mono”.

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