La única cosa que logró frenar la caída en popularidad de la intendenta Ana Olivera en lo que va de su gestión, fue -paradójicamente- su talón de aquiles y el de la mayoría de las administraciones comunales: la basura, el gran problema sin solución de los montevideanos.
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La esencialidad de 2010, un momento brillante de la intendenta
Ana Olivera paró su descenso a los infiernos de la impopularidad gracias a su mano firme durante el anterior conflicto de la basura con ADEOM
Cansado de luchar contra sus propias limitaciones de gestión, contra ADEOM y la escasa actitud de los ciudadanos, el ex intendente Arana -el segundo frenteamplista- dijo que los montevideanos "son unos mugrientos".
Con esa sombra negra, Olivera reconoció ya antes de asumir que la recolección de residuos sería el gran desafío de su administración.
El conflicto gremial de 2010 le cayó como anillo al dedo a la entonces recién estrenada jefa comunal, que llegaba al mando sin una gran carrera política y con dudas acerca de su fortaleza para manejar al gremio.
El 8 de diciembre de 2010, Olivera anunció la esencialidad de los servicios y logró un aplauso cerrado no sólo de sus directores y de la oposición, sino que también le proporcionó un halo de respeto que no había conseguido reunir.
Olivera recibió la Intendencia con un 39% de desaprobación y hoy el índice alcanza a 56%, de acuerdo a una encuesta de Fáctum que recuerda hoy El Observador.
El sector radical de ADEOM, Lista 1980, publicó un volante titulado "Otra vez el verso de la emergencia sanitaria?" en el que se critica a la intendenta porque los hace "responsables de la situación" para "subir la popularidad".
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