Jubilaciones: cuentas en tensión en Uruguay

Aumentar la edad jubilatoria parece ya urgente: la esperanza de vida se alargó y eso implica pagar jubilaciones por más tiempo.

La discusión política sobre los temas vinculados a jubilaciones se ha vuelto intensa. Hay dos capítulos que se destacan: la situación de los cincuentones y la de los jubilados militares. Aunque parezca paradójico, los temas van en sentidos opuestos: en el caso de los militares se busca reducir el gasto neto con un impuesto; para los cincuentones, se busca una solución aumentando el gasto.

Pero más allá de estos temas -importantes, pero puntuales- las tendencias del gasto jubilatorio preocupan.

Cuando se observa la evolución del gasto en jubilaciones del BPS y se lo compara con la Masa Salarial (el número de empleados en la economía, multiplicado por el salario medio), que es la base de los aportes que financian el sistema (patronales y obreros), se observa una brecha creciente (como se muestra en la primera gráfica).

Esto indica que a los trabajadores les está costando cada vez más sostener el gasto jubilatorio y -para cubrirlo- hay que echar mano a los impuestos o endeudarse.

Entre otras cosas, esto sucede porque la economía está creciendo, pero el empleo baja, de forma que hay menos trabajadores con capacidad de aportar. Esto se compensa -aunque no totalmente-, con el aumento de los salarios.

Por otra parte, en años previos se daba el efecto favorable de una caída en la informalidad, a partir de políticas específicas del BPS y el MTSS que incluyeron más trabajadores aportando. Pero esta tendencia positiva se estancó en los últimos años y la informalidad se mantiene en 25% (esto es: 1 de cada 4 trabajadores no aporta a seguridad social).

Con este escenario, no es extraño que el Presidente Vázquez haya manifestado su preocupación por la situación del sistema de seguridad social. ¿Qué soluciones pueden plantearse?

Aumentar la edad jubilatoria parece ya urgente: la esperanza de vida se alargó (muy buena noticia) y eso implica pagar jubilaciones por más tiempo. También hay que reforzar el registro de la Historia Laboral, de manera que se configuren los aportes de los trabajadores más claramente y se acceda a causal jubilatoria con datos fehacientes.

Por último, que las jubilaciones ajusten según índice de salario parece una exigencia intergeneracional muy fuerte, en particular en momentos como el actual donde el empleo está estancado o retrocediendo, pero los salarios suben. Pero esto está estampado en la Constitución y parece difícil que haya iniciativas para cambiarlo.

Fue en el plebiscito del año 1989 cuando -por abrumadora mayoría- se incluyó el ajuste en la Carta Magna, para que los jubilados no fueran los eternos perjudicados. Hoy su situación mejoró, de tal manera que la pobreza en los mayores de 65 años es menos de 2%. Entre los niños, la pobreza llega al 20%.

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