La denuncia de Romina Celeste contra el senador Gustavo Penadés vuelve a poner en circulación interrogantes sobre el lugar de las víctimas y victimarios de explotación sexual comercial.
Experto explicó por qué pueden pasar años para que una víctima de abuso haga la denuncia
El presidente de Conapees insistió en que el aumento de casos de abuso a niños y adolescentes es una tendencia desde 2007 en Uruguay.
Este martes, la militante nacionalista declaró ante Fiscalía por una presunta retribución económica por actos sexuales cuando ella tenía 13 años, hoy tiene 30.
El presidente del Comité Nacional para la Erradicación de la Explotación Sexual Comercial y No Comercial de la Niñez y la Adolescencia (Conapees), Luis Purtscher, dijo que es habitual que pasen muchos años antes de poder hacer la denuncia.
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Un niño o un adolescente que es víctima de explotación sexual comercial entra en una etapa de estrés postraumático complejo, que hace que el dolor destruya al sujeto, ya que fue devenido en cosa, en mercancía, consideró. “A veces, eso genera un silencio para siempre”, afirmó.
Purtscher habló de daños no solo físicos sino también psicológicos, donde poder realizar la denuncia depende de los apoyos que la persona tenga.
El especialista dejó en claro otro de los conceptos que en términos sociales hace que aún sea complejo creer en las denuncias.
“El ofensor siempre es el adulto, quien paga dinero o algún otro tipo de especie o prometer pagar está abusando de su condición de adulto sobre la condición de niño o adolescente”, aseguró. “A veces, la inversión de la responsabilidad, poniéndola a la víctima es, por lo menos, doloroso y aberrante”, consideró.
El aumento de los casos de explotación sexual de niños y adolescentes es una tendencia en Uruguay desde 2007. En 2022, hubo un récord con 529 casos y el 30% era de INAU.
El comité está preparando un tercer plan que busca ajustar la estrategia. Entre otras cosas, porque hoy las redes sociales son el escenario esencial de los casos de explotación sexual de menores.
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