El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, siguió de cerca todos los operativos para asesinar al líder de Al Qaeda, Osama Bin Laden. Desde hace cuatro años estaban tras la pista de su mensajero, que fue quién los llevó a terrorista.
Estados Unidos no informó a Pakistán del operativo que realizaría
Obama estuvo arriba de todas las decisiones y en cinco oportunidades se reunió para planificar las acciones armadas que permitieran dar muerte a Bin Laden.
En agosto aparecieron las primeras pistas concretas. El 14 de marzo, Obama celebró la primera de las cinco reuniones de seguridad nacional en seis semanas para revisar los planes para la operación.
La última de esas reuniones fue el viernes pasado, donde se terminó de concretar todo para la operación.
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Ese día, a las 8:20 de la mañana, Obama se reunió con el asesor de seguridad nacional, Thomas Donilon y con John O. Brennan , asesor de contraterrorismo en la Sala Diplomática en la Casa Blanca. Antes de irse hacia Alabama, para presenciar los daños que dejaron los tornados de la semana pasada, el presidente dejó listo el plan final para enviar agentes de inteligencia al lugar donde estaba escondido Bin Laden.
Según informa The New York Times, después de que el presidente firmó las órdenes formales que autorizaron el allanamiento, Obama optó por mantener en silencio la operación y ni siquiera informarla al gobierno de Pakistán, en donde estaba Bin Laden.
"Hemos compartido nuestra inteligencia en este compuesto con ningún otro país, incluyendo a Pakistán," dijo un alto funcionario del gobierno al diario.
Por más que el gobierno de Pakistán insistió en que Bin Laden no estaba en su país, Estados Unidos nunca le creyó.
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