EN PRISIÓN POR TRÁFICO

Empresario rural iba a recibir US$ 3 millones por sacar las seis toneladas de cocaína

El abogado Enrique Moller pidió medidas especiales de seguridad ante la posibilidad de que los narcos dueños de la droga quieran matar a Murialdo.

Los narcos dueños de las seis toneladas de cocaína incautadas en el puerto de Montevideo y en Soriano le iban a pagar tres millones de dólares al productor rural Gastón Murialdo, imputado el fin de semana por intentar traficar la droga escondida en bolsones con soja, según dijeron a Subrayado fuentes del caso.

El abogado de Murialdo, Enrique Moller, solicitó a la Justicia extremar las medidas de seguridad de su cliente por temor a represalias dentro de la cárcel.

Moller dijo a Subrayado que es lógico pensar que el dueño de las seis toneladas de cocaína, o alguien de su entorno, intente vengarse por el cargamento perdido.

El fiscal Enrique Rodríguez aceptó el pedido de protección y lo extendió a los otros tres imputados por el intento de tráfico: se trata del hijo de Murialdo y de los dos empleados del establecimiento rural Las Camelias, en Soriano.

Murialdo dijo en Fiscalía y ante la Justicia que no sabe cómo llegó la droga a su establecimiento, sin embargo el fiscal cree que el productor corre peligro dada su vinculación con los narcos que le enviaron el cargamento de droga, que fue el más importante de la historia de Uruguay: 4,5 toneladas en el puerto de Montevideo y 1,5 toneladas en su campo de Soriano.

DICTAMEN FISCAL

En su dictamen, el fiscal Rodríguez afirma que los imputados no podían desconocer la presencia de la droga porque en algunos casos los bolsones con soja pesaban hasta 200 kilos, fuera de lo común para el cargamento sojero.

“El volumen y peso de la sustancia que tenía cada bolsón llegaba en muchos casos hasta los 200 kilos”, por lo que los imputados “no podían desconocer la presencia de la droga que tenían en depósito”, señala el fiscal.

IMPUTACION FISCALIA

Además, los dos peones imputados intentaron sacar a escondidas parte del cargamento, lo que, según el fiscal, estaba en conocimiento de Murialdo y su hijo.

De hecho ambos trabajadores confesaron haber recibido órdenes del patrón para sacar droga desde Soriano.

Los peones confesaron que en la madrugada posterior al día en que se encontró la droga en el puerto de Montevideo, su jefe los llamó y les ordenó cargar uno de los bolsones con harina de soja y llevarlo a un campo lindero distante a unos dos kilómetros.

Esta maniobra, que tenía por objeto sacar la droga del establecimiento ante un inminente allanamiento de la Policía, fue frustrada por los efectivos que vigilaban el lugar. En ese procedimiento incautaron 1.488 kilos de cocaína.

SOJA, HARINA, COCAÍNA

En su declaración ante la Justicia, el productor rural imputado por tenencia y tentativa de tráfico, al igual que su hijo, indicó que solo ellos trabajaban en el establecimiento ubicado en ruta 21, sobre el paraje Buena Vista, Soriano. Los peones fueron contratados únicamente para cargar los contenedores.

Allí siembran la soja en un predio de unas 40 hectáreas. Cosechan los porotos, los guardaban en bolsones y así la llevan a una planta de Alur, donde la procesaba y convertían en harina.

El producto final era devuelto al establecimiento rural. Parte de la harina de soja se almacenaba en un silo y parte quedaba en camiones.

Los bolsones de soja eran cerrados y precintados en el lugar por funcionarios del Ministerio de Ganadería previo a su trasladado al puerto de Montevideo en contenedores, para su posterior exportación.

El fiscal Rodríguez explica en su dictamen que al encontrar los precintos intactos en el puerto, se fortalece la teoría de que la droga fue cargada en el campo de Murialdo.

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