El maracanazo

Desde 1950 hasta hoy el Maracaná es un estadio pintado de celeste.

 

El estadio Maracaná tenía menos de un mes de inaugurado y aún no estaba pintado: se lo pintaría con el color del equipo que ganara la final del Mundial, que se disputaba ese 16 julio de 1950.

Brasil era el favorito y 200.000 personas llenaban las relucientes instalaciones.

Con goles de Schiaffino y Ghiggia, Uruguay ganó el partido y el campeonato, por dos a uno.

Ghiggia  recuerda que después de su segundo y definitorio gol, sobrevino “el silencio más impresionante que he escuchado“, el enmudecimiento de  200.000 personas.

En Uruguay la sorpresa generó la otra cara de la moneda. Después del gol de Ghiggia, todo Uruguay fue bullicio y festejo.

Y desde ese momento hasta el presente, Maracaná es un estadio pintado de celeste.

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