Donald Trump prometió durante la campaña electoral que, de llegar a la Casa Blanca, gestionaría el país igual que sus negocios.
El "club de los millonarios" que gobernará Estados Unidos junto con Trump
El perfil de la mayoría responde a la intención de la nueva administración de gestionar la cosa pública como una empresa.
Todavía no se sabe cómo impregnará de práctica empresarial su presidencia de EE.UU. Sin embargo la conformación del gabinete ha sido toda una confesión de parte: dominan los millonarios, los líderes de multinacionales y los ejecutivos de Wall Street.
Los perfiles con amplia experiencia de servicio público son minoría. De alguna manera, su Gabinete es una versión grupal de sí mismo.
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Se estima que la fortuna acumulada de Trump ronda los 13.100 millones de dólares, un valor mayor que el Producto Interior Bruto de 70 países del mundo.
Crease o no, hay miembros de su equipo que no tienen que pedirle prestado dinero.
Destacan la elegida para secretaria de Educación, Betsy DeVos, con una fortuna de 5.100 millones de dólares.
Hay otros dos miembros del Gabinete con más de mil millones: el empresario Wilbur Ross, apodado «el rey de la bancarrota», nominado para secretario de Comercio, con 2.500 millones de dólares.
También está Linda McMahon, quien gestionará el departamento de Pequeñas Empresas, con 1.350 millones de dólares.
Excepto el vicepresidente Mike Pence y el nominado para secretario de Interior, Ryan Zinke, todos los elegidos por Trump de los que se ha tenido acceso a sus finanzas tienen un patrimonio de más de 2,5 millones de dólares.
Esto contrasta con el Gabinete saliente de Barack Obama, con una fortuna total estimada de menos de 3.000 millones de dólares, cuya gran mayoría provienen de la fortuna de la secretaria de Comercio, Penny Pritzker, que acumula 2.400 millones, según Forbes.
El Gabinete de Trump es 34 veces más rico que el que tenía George W. Bush cuando dejó la Casa Blanca hace ocho años, con 390 millones de dólares.
Y el patrimonio de la Administración Trump todavía sería más jugoso si se contabilizan las fortunas de otros nominados para puestos importantes que no son del Gabinete presidencial, como el vicesecretario de Comercio, Todd Ricketts (5.300 millones) o el secretario de la Armada, Vincent Viola (1.790 millones).
La ventaja esgrimida por los millonarios que llegan al poder, es que no se verán tentados a aprovechar su posición para recibir coimas. Hay detrás de sus fortunas una (supuesta) ética de trabajo.
Pero esta ventaja podría ser también un problema para los millonarios que llegan ser gobernantes.
Es que tener una fortuna amplia, cuando se desembarca en el servicio público, puede abrir (y abre) el abanico de conflictos de interés.
De todos modos, el Senado debe confirmar estas nominaciones con su venia.
El 52% de los nominados por Trump no tiene experiencia directa en el servicio público –frente al 87% del de Obama y el 96% del de George W. Bush–, lo que ha despertado críticas.
Especialmente se centran en la presencia de tres pesos pesados de Goldman Sachs, a pesar del discurso anti Wall Street que ofreció durante buena parte de la campaña.
Vicepresidente Mike Pence
Es la antítesis de Donald Trump: de maneras suaves, con tono sosegado, devoto evangélico, conservador férreo, con experiencia en el servicio público y sin un duro en el banco. Su patrimonio es de (apenas) 211.000 dólares, según los últimos datos disponibles divulgados en 2012
Como muchos otros candidatos a vicepresidente, la elección de Pence tuvo una clara intención electoralista. Al contrario de Trump, Pence es una figura respetada por el mundo conservador estadounidense. Llegó a la campaña desde su puesto de gobernador en Michigan, uno de los estados industriales del «Rust Belt» –el cinturón oxidado– que fue clave en la victoria de Trump.
Tiene también experiencia en Washington, donde fue diputado de la Cámara de Representantes. Su ascendencia con los legisladores conservadores será muy útil para engrasar las relaciones del presidente con los líderes republicanos en el Congreso, que se han demostrado tumultuosas.
Rex Tillerson, secretario de Estado
El elegido para secretario de Estado no podrá evitar que su mandato esté bajo la lupa. Tras unas elecciones con un protagonismo especial de Rusia –desde la sintonía de Trump con Putin hasta la constatación de que el Kremlin trató de influir en las elecciones a favor del candidato republicano–, Rex Tillerson ha sido nominado para dirigir la diplomacia estadounidense después de dos décadas de relaciones estrechas con Putin, como consejero delegado de ExxonMobil, el gigante petrolero.
Stephen Bannon, estratega jefe
Es complicado prever qué impacto tendrá Stephen Bannon en la Administración Trump, pero solo su nombramiento indica cuál será el tono de la nueva presidencia. Bannon recibió el cargo de Estratega Jefe de la Casa Blanca, después de haber sido presidente de la campaña de Trump. La mano derecha ideológica de Trump en Washington es un personaje oscuro, conocido por ser el dueño de Breitbart, la gran plataforma mediática de la extrema derecha en EE.UU.
Jared Kushner, yerno y asesor
Trump ha tenido una confianza ciega en su familia durante la campaña electoral. Tres de sus cuatro hijos adultos –Ivanka, Donald Jr. y Eric– han formado parte tanto del equipo de campaña como del de transición a la presidencia. Pero la figura con más peso es la de Jared Kushner, el marido de Ivanka, al que se le atribuyen decisiones clave sobre fichajes, sobre todo para los directores de campaña. Ahora, Jared e Ivanka serán asesores del presidente en la Casa Blanca.
Jefe de Gabinete Reince Priebus.
Como presidente del Comité Nacional Republicano fue el nexo entre el candidato y el establishment del partido. Próximo a Paul Ryan, presidente de la Cámara de Representantes
Consejero de Seguridad Nacional Michael Flynn.
Teniente general retirado de tres estrellas, asesoró a Trump en seguridad nacional durante la campaña y fue su conexión con los veteranos
Tesoro Steven Mnuchin.
Inversor y ejecutivo de Goldman Sachs, fue director financiero de la campaña presidencial. El magnate lo describió como un «un banquero y empresario de primera clase»
Defensa James Mattis.
El general retirado sirvió en la Marina durante 44 años. Combatió en Irak y Afganistán, y es un experto en contrainsurgencia
Seguridad Nacional John Kelly
General retirado de la Marina, ha sido jefe del Comando Sur (América Latina y Caribe). Su cartera abarca cuestiones candentes: ciberseguridad, desastres naturales, inmigración y el prometido muro con México
Fiscal General Jeff Session.
Una de las personas más cercanas al presidente durante la campaña. Senador republicano por Alabama, es un férreo defensor de las políticas antiinmigratorias
Sanidad y Asuntos Sociales Tom Price.
Cirujano ortopédico y congresista republicano por Georgia. Experto y firme detractor del «Obamacare». Se espera que tenga un papel clave en su derogación
Vivienda Ben Carson.
Precandidato presidencial republicano en 2016, es un reconocido neurocirujano pediátrico, filántropo y figura conservadora popular en los medios de comunicación. Es el único afroamericano del gabinete.
Comercio Wilbur Ross.
Inversor, banquero, conocido por sacar a flote empresas de la industria, telecomunicaciones o inversiones extranjera. Aparece en la lista Forbes de los principales multimillonarios del mundo
Transporte Elaine Chao.
Secretaria de Trabajo con George W. Bush, nacida en Taipei (Taiwán) y casada con el líder de la mayoría en el Senado, Mitch McConnell. Se espera que dé un impulso a las infraestructuras. Es una de las cuatro mujeres nombradas para los 23 principales puestos.
Energía Rick Perry.
El exgobernador republicano de Texas dirigirá un departamento al que se comprometió a eliminar durante su fallida aspiración a la presidencia en 2012. Tres años después se volvió a presentar sin éxito.
Educación Betsy DeVos.
Donante del Partido Republicano y exjefa de la formación en Michigan. Trump la describió como «una brillante defensora de la educación». Ella lo consideró un «intruso» que no representaba al partido
Trabajo Andrew Puzder.
El rico propietario de un grupo de empresas de comida rápida y donante republicano es un viejo amigo del presidente: le ayudó a conseguir fondos en su California natal en los albores de la campaña
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