El chofer de ómnibus que llega a ser heredero de Chávez

Nicolás Maduro fue chofer y llegó a ser un destacado líder sindical en los 90. El actual mandatario debe operarse por cuarta vez en 18 meses de un cáncer en la pelvis.

 

Tras pasar más de seis años como canciller, Nicolás Maduro fue nombrado vicepresidente ejecutivo el pasado 10 de octubre, tres días después de que Chávez lograra el triunfo en las elecciones por las que debería gobernar hasta el año 2019.

Este ascenso premió su lealtad y lo puso en una posición de gran poder, en caso de alguna emergencia irreversible. 

Colaborador histórico y beneficiario de una gran confianza presidencial, Maduro se erige como el hombre con "mayor proyección" del chavismo gracias a su larga experiencia política como ministro de Exteriores, a lo que suma varios años como líder sindical.

Nacido en Caracas en 1962, Maduro es un convencido izquierdista que se inició cuando cursaba grado medio como líder estudiantil maoísta y, sin pasar por la universidad, trabajó como chófer de ómnibus del Metro de Caracas, llegando a ser un destacado líder sindical en los 90.

Conoció a Chávez mientras éste cumplía condena en prisión por su fallido golpe de Estado de febrero de 1992 debido a que su pareja, la abogada y actual procuradora del país, Cilia Flores, fue una de las encargadas de luchar por su liberación.

Como uno de los fundadores del Movimiento V República (MVR), antecesor del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Maduro fue elegido diputado en el 2000 tras haber participado en la redacción de la nueva Constitución de 1999 y en enero de 2006 fue designado presidente del Parlamento.

En agosto de ese mismo año se convertió en el ministro de Exteriores más duradero de la era Chávez.

Como hombre de máxima confianza, Maduro fue el único ministro que no se separó de Chávez las tres veces que fue operado en La Habana, e incluso fue el encargado de informar de la salud del presidente.

CUARTA OPERACIÓN. A un mes para que comience su cuarto mandato, el tercero consecutivo, el presidente venezolano ve como una posibilidad real su derrota ante el cáncer que padece, y por eso nombró al vicepresidente Nicolás Maduro como su sucesor, en caso de que no pueda retornar a sus actividades. 

Idolatrado por unos como un defensor de la democracia y odiado por otros que lo ven como un mero dictador, Chávez es la figura más relevante de la historia reciente de Venezuela.

Pasó los 14 años que lleva en el poder tratando de proyectar la imagen de hombre que supera las dificultades y considerando cada uno de sus reveses como victorias.

Ayer, de nuevo trató de sacar fuerzas de flaqueza en el momento de anunciar la reaparición de la enfermedad y su marcha a Cuba para someterse a la cuarta operación en 18 meses.

El cáncer que padece está ubicado en la zona de la pelvis, aunque nunca se reveló cuál es el lugar exacto.

Dos momentos marcaron su vida: el fallido intento de golpe de Estado de 1992 contra el entonces presidente, Carlos Andrés Pérez, que le llevó a prisión para después ser indultado, y el también fracasado golpe de Estado en su contra en 2002 que durante casi 48 horas le sacó del poder hasta regresar triunfal a Miraflores.

El 30 de junio de 2011 apareció solemne en los televisores del país para decir a la nación que tenía cáncer. Él mismo sumó la nueva encrucijada a los dos episodios anteriores.

Extrovertido, impúdico, carismático, Chávez se presenta como defensor de los pobres, continuador del libertador Simón Bolívar y antagonista del "Imperio", como llama a Estados Unidos.

Con datos de EFE

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