EE.UU monta bunker para vigilar todo lo que pasa en internet
En el medio del desierto de Utah, el gobierno de Obama pone en funcionamiento un "gran hermano" para pelear y ganar la "guerra del ciberespacio". Así es Bluffdale
Internet ha revolucionado todo. Y para los espías ha multiplicado el trabajo. Ya pasó el tiempo del espionaje presencial, al estilo James Bond, ese muchacho del M16 que no deja hombre con cabeza, ni mujer con ropa interior.
Los espías ya no son lo que eran. Se parecen más a los nerds que a los rudos galanes de la guerra fría. Es que internet desmontó los viejos escenarios reales por el mundo virtual.
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La CIA y el FBI, entre otras agencias, también tomaron nota de la creciente importancia de la red de redes como fuente de información delicada y centro de tráfico del terrorismo internacional.
Saber colar lo interesante entre millones y millones de mensajes por segundo a lo largo y ancho de todo el mundo es uno de los objetivos de la comunidad de inteligencia, no importa su signo político.
La poderosa Nacional Security Agency decidió era hora de crear un centro especializado y eligió a tales efectos la ciudad de Bluffdale, en medio de desierto mormón de Utah.
Carroll F. Pollett, director de la Agencia de Defensa de Sistemas de Información (DISA), se dirigió a los congresistas estadounidenses de la siguiente manera. “ El ciberespacio se ha convertido en un nuevo campo de batalla . Ha adquirido una importancia similar a la que tienen los otros, tierra, mar, aire y espacio. Está claro que debemos defenderlo y volverlo operativo”.
En lenguaje militar, el ciberespacio se considera el “quinto campo de batalla”. Allí mandan el criptoanálisis y las comunicaciones.
El centro de datos de Bluffdale es una descomunal estructura –cinco veces el tamaño del Capitolio– que dará asiento a la más moderna tecnología destinada a interceptar, almacenar, descifrar y analizar la compleja red de comunicaciones del planeta.
Según publica hoy el diario Clarín, sus veloces computadoras deglutirán billones, trillones de caracteres, de datos captados por los satélites, extraídos de la red de celulares y arrebatados a la Web.
Los primeros cimientos lograron ser colocados en secreto, pero una investigación del periodista James Bamford, experto en inteligencia en Threat Leve l, un medio especializado en seguridad, develó este paso gigante hacia la llamada "guerra del ciberespacio".
Bluffdale es un “Gran Hermano” de formidables dimensiones que se ha construido sobre la base de la red de espionaje satelital Echelon
El bunker costará unos 2.000 millones de dólares y se espera que lo terminen el año próximo. Constará de cuatro salas de 2.300 metros cuadrados, cada una de ellas llena de servidores.
Se trata de un hijo de la llamada "guerra preventiva" iniciada por George Bush hijo después de los atentados de setiembre de 2001.
La iniciativa se conoció como “Stellar Wind” (viento estelar). Esta actividad de espionaje resultó tan controvertida y peligrosa para los propios estadounidenses que el Parlamento se opuso, y terminó anulándola.
Ahora el revival llegó con bríos inusitados por la gran cantidad de ciberataques sufridos por las redes principales militares y civiles del gobierno de Estados Unidos.
El dominio de este escenario es algo que la potencia no puede ceder a China y Rusia, y en menor medida Corea del Norte e Irán.
También resulta cierto que la preocupación trasciende lo militar, y tiene una importancia en lo financiero y comercial.
El general Keith Alexander, director de la NSA, expuso la cuestión en una comisión del Congreso: “ Necesitamos hacer que sea más difícil para los chinos hacer lo que están haciendo . La propiedad intelectual no está bien protegida, y podemos hacer un mejor trabajo protegiéndola”.
Su contracara rusa Andrey Krutskikh también coincidió con este parecer: “Tenemos una situación en la que se producen millones de ataques de hackers contra nuestro dinero, contra nuestras empresas, en nuestras computadoras privadas, significa que es una forma nueva de confrontación ”.
El desarrollo tecnológico será fuente de poder y control. Entre saber lo todo y no saber, los estadounidenses ya decidieron hace largo tiempo.
Esto tiene sus enormes ventajas en materia de seguridad, pero enormes problemas a nivel de ciudadanía y democracia. Todos quienes ponen algo en internet, saben que serán mirados por ese gran ojo omnisciente.
“Estamos a una pequeña distancia del Estado totalitario” , reconoció el ex integrante de la NSA William Binney.
FOTO: Obra en construcción de Bluffdale, en Utah. (earthfiles.com)
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