A las 21 en punto el músico británico salió al escenario y la locura nunca se detuvo.
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Ed Sheeran conquistó el Centenario a fuerza de carisma y muy buenas canciones
Con más de 20.000 personas en el estadio, el artista británico derrochó calidez, alegría y simplicidad.
Solo su presencia fue suficiente para que los gritos comenzaran y sus fans, la mayoría mujeres jóvenes, se entregaran al delirio absoluto.
Más de 20.000 personas llenaron la tribuna Olímpica del estadio Centenario y “Castle on the Hill” fue la canción con la que abrió el show.
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Ed Sheeran se encargó de aclarar que todo lo que sonaba en el show era en vivo, sin banda de acompañamiento.
Sheeran empieza creando la base con su voz y guitarra, a través de una maquina de hacer loops musicales, grabaciones que se repiten y se superponen. Luego sobre eso canta y toca, para que la canción adquiera más cuerpo.
La técnica se torna reiterativa luego de dos horas de show. Pero eso a sus seguidores poco les importó. Es que Sheeran tiene un carisma extraordinario, una forma de pararse y moverse en el escenario propia de una artista de su magnitud, un talento que se ve reflejado en su éxito a nivel internacional.
Logró una conexión, una empatía extraordinaria con su publico, al que le habló, halagó, y divirtió.
Sheeran es un compositor sensible que conoce a la perfección la fórmula de las baladas románticas.
En medio de una de ellas, un hombre en la tribuna le pidió a su novia casamiento, nada menos que mientras Sheeran cantaba uno de los temas más románticos de su repertorio: "Perfect".
También tuvo momentos de mucho ritmo, hizo levantar al público, que cantaba sin parar, fue humilde y recordó sus orígenes: "No nací para ser una estrella", recalcó y puso de ejemplo sus hábitos, su apariencia y su preferencia por la discreción.
Pero basta ver cómo se mueve sobre el escenario, cómo encanta a sus seguidores, cómo los pone a vibrar junto a él para darse cuenta que Ed Seeran nació para ser una estrella de la música.
Agradeció a los padres, novios y esposos que pagaron para acompañar a las fanáticas a su concierto.
Elogió a su público en forma permanente, destacó la calidad de los vinos uruguayos, la comida, la forma en que sus fans participaban gritando y callando en los momentos justos, y sobre el final salió al escenario con la camiseta y la bandera de Uruguay.
En dos horas hizo casi todos sus hits, un cierre festivo con Shape Of You como penúltima canción, y You Need Me, I Don't Need You como última.
Simpatía, carisma, calidez, encanto y esa sonrisa dibujada en los rostros de sus fans durante dos horas seguidas que solo un pop star de su calidad puede lograr.
Así fue la noche de Ed Sheeran en el Centenario, una noche donde los “te amo” no paraban de bajar desde la tribuna.
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