Tras la interpelación al ministro de Ambiente Edgardo Ortuño, que duró 21 horas y terminó sin respaldo ni rechazo a sus explicaciones, el diputado colorado Felipe Schipani presentó un proyecto de resolución que modifica el reglamento de las interpelaciones para reducir el tiempo de debate y evitar que duren tantas horas.
Diputado colorado propone reducir el tiempo de debate en las interpelaciones para que no duren tantas horas
El diputado colorado Felipe Schipani planteó una modificación al artículo del reglamento que regula el tiempo del debate en las interpelaciones a ministros. La última a Ortuño duró 21 horas.
Schipani plantea que el miembro interpelante y el ministro interpelado tengan 60 minutos en la intervención inicial y 30 minutos en la segunda, para cerrar el debate con 15 minutos finales.
En la interpelación a Ortuño, tanto el diputado interpelante como el ministro tuvieron tiempo ilimitado para exponer sus argumentos, preguntas y respuestas.
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“Es habitual que las interpelaciones se prolonguen durante jornadas que superan las 20 horas de debate ininterrumpido, con intervenciones ministeriales que, en ocasiones, han alcanzado extensiones superiores a las 9 horas. Estos excesos terminan diluyendo el sentido del debate, desgastando la atención de los legisladores y alejando a la opinión pública de una discusión que debería ser seguida con interés ciudadano”, dice el diputado Schipani en el fundamento de la modificación al reglamento propuesta.
“Un debate de más de veinte horas, con discursos interminables y reiterativos, deja de ser un ejercicio de contralor eficaz y se transforma en un espectáculo inabordable tanto para quienes deben participar activamente como para la ciudadanía que, en definitiva, es la destinataria de la función de contralor. La consecuencia es un Parlamento más débil, menos influyente en la agenda pública y, en última instancia, menos respetado por la sociedad”, agrega el legislador.
“La experiencia comparada dentro de nuestro propio sistema bicameral ofrece un modelo más eficiente y razonable. El reglamento del Senado de la República prevé un esquema de tiempos acotados que permite asegurar un debate serio, ordenado y suficientemente profundo, evitando a la vez las prolongaciones excesivas. Según este régimen, el miembro interpelante dispone en primera instancia de una hora, el ministro interpelado cuenta con igual tiempo para su respuesta, y luego se habilita una segunda ronda de media hora por cada parte. Finalmente, se establece la posibilidad de que la Cámara, por mayoría absoluta, declare libre el debate, si se considera pertinente”, recuerda Schipani.
Con la propuesta del diputado, se busca “racionalizar el debate parlamentario, facilitar que la ciudadanía pueda seguirlo con atención y garantizar un Parlamento más eficaz en su rol de contralor”, dice Schipani.
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