CureVac, la vacuna contra el coronavirus que Trump le quiere arrebatar a Alemania

    El presidente de Estados Unidos no es un hombre que baje sus aspiraciones. Y Europa le quiere cerrar puertas a los privilegios. En el medio, una corporación que ya tuvo que esconder a su presidente, por concurrir a la Casa Blanca en una considerada actitud inapropiada por el gobierno de su país

    Según el diario Die Welt, el presidente estadounidense Donald Trump busca captar a los científicos alemanes implicados en esa investigación con fuertes incentivos financieros.

    Pero el mandatario norteamericano se encontró con una férrea defensa del gobierno alemán, y también de la Unión Europa, quien demostraron que están dispuestos a luchar por ese privilegio.

    En esta batalla, la Comisión Europea ofreció un apoyo financiero de 80 millones de euros a CureVac para profundizar en el desarrollo y la producción de una vacuna contra el COVID-19 en Europa.

    "Estamos decididos a proporcionar a CureVac la financiación que necesita para profundizar con rapidez en el desarrollo y la producción de una vacuna contra el coronavirus. Estoy orgullosa de tener empresas líderes como CureVac en la Unión Europea”, declaró la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen.

    Los investigadores de CureVac sostienen que en pocos meses podrían tener la vacuna, para empezar los ensayos clínicos en junio o julio próximo. (Reuter)

    En directa alusión a Trump, que lo quiere en forma exclusiva para Estados Unidos, Von der Leyen remarcó que “el hogar de CureVac está aquí, pero sus vacunas beneficiarán a todos, en Europa y más allá”.

    El gobierno alemán, por su parte, negó categóricamente la posibilidad de que Estados Unidos se haga con los derechos exclusivos de una cura desarrollada en Alemania.

    "Nuestros laboratorios están trabajando para conseguir una vacuna para todos, sin exclusividades", afirmó la vocera del Ejecutivo alemán, Ulrike Demmer. El interés común es "luchar contra la pandemia" que, recordó, "no conoce fronteras", por lo que no puede pensarse en este tipo de restricciones.

    El ministro de Asuntos Exteriores alemán, Heiko Maas, ya ha hablado sobre este asunto con sus homólogos de Canadá, Corea del Sur, Brasil y Australia y subrayó que es algo que también se tendrá que abordar con los estados del G7. "Sólo lograremos combatir este virus juntos y no los unos contra los otros", resaltó.

    El 2 de marzo pasado, cuando la expansión del coronavirus comenzó a ser incontrolable, el presidente de CureVac, Daniel Menichella, fue invitado a la Casa Blanca para una reunión con Trump, el vicepresidente, Mike Pence, y representantes de empresas farmacéuticas que trabajan en la respuesta a la epidemia.

    Luego el titular de la empresa fue reemplazado, sin explicarse los motivos.

    Las autoridades del laboratorio alemán dijeron a principios de este mes confiar en su capacidad para desarrollar una vacuna en el plazo de unos meses, y comenzar los ensayos clínicos en junio o julio próximo.

    CureVac, en el centro de la rivalidad, es una empresa de biotecnología con sede en la ciudad alemana de Tübingen, Baden-Wurtemberg. La compañía también tiene sedes en Frankfurt y en Boston (Estados Unidos).

    Fundada en 2000, CureVac se presenta como una empresa especializada en el "desarrollo de terapias contra el cáncer, terapias a base de anticuerpos, tratamiento de enfermedades raras y vacunas profilácticas".

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