El conductor de una furgoneta que arrolló a decenas de personas en el centro de Barcelona, con un saldo de 13 muertos, es uno de los cinco hombres abatidos por la policía en una operación posterior en la localidad de Cambrils, informaron medios españoles el viernes.
Conductor de la camioneta de Barcelona fue abatido en Cambrils
La policía arrestó a 4 personas en conexión con los ataques. Las edades están comprendidas entre 21 y 34 años, y ninguno tiene antecedentes.
El jefe de la policía regional catalana, Josep Lluis Trapero, dijo que era probable, aunque no estaba confirmado, que el conductor fuera uno de los atacantes abatidos en la madrugada del viernes por los agentes en el balneario catalán.
El conductor abandonó la furgoneta y huyó tras acelerar el jueves por una zona peatonal de Las Ramblas, el bulevar más conocido de Barcelona, dejando un reguero de muertos y heridos, en el último de una serie de ataques en toda Europa en el que militantes han usado vehículos como arma.
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Este modus operandi -directo, letal y muy difícil de predecir- ha acabado con la vida de casi 130 personas en Niza, Berlín, Londres y Estocolmo.
Presuntos yihadistas estuvieron detrás de los ataques previos. Estado Islámico aseguró que los responsables del último atentado "llevaron a cabo la operación en respuesta a los llamados para atacar a los estados de la coalición" liderada por Estados Unidos contra el grupo militante suní.
Horas después del atropello, la policía abatió a cinco personas en Cambrils, 120 kilómetros al sur de Barcelona, después de que lanzaron su auto contra peatones y agentes policiales. Los cinco tenían hacha y cuchillos y vestían cinturones con explosivos simulados, según la policía.
Una mujer española murió en este incidente, en el que resultaron heridos varios civiles más y un agente.
Trapero dijo que la investigación se centra ahora en una casa en la localidad de Alcanar, al suroeste de Barcelona, que fue destruida por una explosión poco antes de la medianoche del miércoles.
La policía cree que en la vivienda se planeaban uno o varios ataques a gran escala en Barcelona, posiblemente usando un gran número de balones de gas butano almacenados allí.
Sin embargo, la explosión aparentemente accidental obligó a los atacantes a echar para atrás sus planes y perpetrar de forma precipitada atentados más "rudimentarios", dijo Trapero.
CUATRO ARRESTOS. La policía ha arrestado a cuatro personas en conexión con los ataques, tres de ellos marroquíes y uno procedente del enclave español norteafricano de Melilla, dijo Trapero. Sus edades están comprendidas entre los 21 y los 34 años y ninguno tiene historial previo de actividades relacionadas con el terrorismo, agregó.
Las autoridades emitieron órdenes de arresto contra otros cuatro sospechosos, señaló una fuente judicial que pidió permanecer en el anonimato.
Un documento interno de la investigación citado por el diario local La Vanguardia indica que son de origen marroquí y tienen entre 17 y 24 años. No obstante, otros medios españoles indicaron que tres de los cuatro perecieron en Cambrils.
Uno de los buscados es un hombre llamado Moussa Oukabir, dijo una fuente policial, pero no quedó claro cuál habría sido su papel. De 17 o 18 años y origen marroquí, es el hermano menor de uno de los arrestados el jueves, según los medios españoles.
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La policía francesa afirmó que está buscando al conductor de una furgoneta Renault Kangoo blanca que podría haber sido usada por personas implicadas en el ataque en Barcelona, dijo una fuente policial a Reuters.
34 NACIONALIDADES. De las 126 personas heridas en los ataques en Barcelona y Cambrils, 65 siguen hospitalizadas y 17 se encuentran en estado crítico. Las víctimas proceden de 34 países, desde Francia y Alemania a Pakistán y Filipinas.
Una fuente judicial afirmó que los investigadores creen que una célula de al menos ocho personas, posiblemente 12, podrían haber estado involucrados en las acciones.
Mientras España comenzaba tres días de luto, la gente dejaba flores y encendía velas en Las Ramblas en memoria de las víctimas. El rey Felipe y Rajoy visitaron la cercana Plaza de Cataluña, donde guardaron un minuto de silencio y la multitud coreó desafiante "No tengo miedo" en catalán.
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