Este es el nuevo paso en la hoja de ruta que el jugador del Inter de Milán tendrá que seguir para la recuperación y prevención de la crisis cardíaca sufrida en la Eurocopa.
Christian Eriksen pasará por quirófano para implantarle un desfibrilador interno en el corazón
Se trata de un pequeño dispositivo capaz de detectar cualquier latido cardíaco irregular, rápido y potencialmente peligroso
La federación danesa de fútbol, DBU, lo anunció así “Tras analizar diferentes pruebas médicas de Eriksen, se ha decidido implantar al futbolista un ICD (Desfibrilador cardioversor implantable). Este dispositivo es necesario tras el ataque cardíaco por las alteraciones del ritmo”, afirma el comunicado.
El desfibrilador cardioversor implantable controlará las posibles arritmias y, en caso de detectar una de ellas, enviará impulsos eléctricos al corazón para corregir su ritmo y evitar males mayores.
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Es una herramienta habitual en personas que hayan sufrido infartos u otras complicaciones cardíacas. Al ser un aparato a pilas, la desfibrilación será automática sin importar donde se encuentre el paciente.
Eriksen entendió el procedimiento y tanto el como su entorno aceptaron someterse a esta operación.
“Este tratamiento está recomendado por especialistas nacionales e internacionales”, insisten desde la federación.
La implantación del desfibrilador no tiene un carácter enfocado a la vuelta a la competición, sino a la propia salud del futbolista danés, al que todavía le quedan pruebas por delante para conocer qué le sucedió a su corazón exactamente.
Jens Kleinefeld, el médico alemán de la UEFA que atendió al futbolista en el campo, ha concedido una entrevista al grupo editorial Funke Media para narrar cómo vivió la agónica situación del desfallecimiento de Eriksen.
El danés fue reanimado con la ayuda del desfibrilador después de varios minutos de masaje cardíaco: “Fue un momento muy emocionante, porque las posibilidades de éxito en un rescate de este tipo, en situaciones cotidianas, no son tan altas. Este tipo de tratamiento funciona más en deportistas profesionales sanos que en pacientes que suelen tener condiciones preexistentes”.
“Estaba seguro al 99% de que llegaría al hospital en condiciones estables”, dijo Kleinefeld, quien fue el primero en lograr hablar con Eriksen cuando recuperó la consciencia, todavía en el estadio: “¿Has vuelto con nosotros?”. “Sí, he vuelto con vosotros. Joder, solo tengo 29 años”, aseguró el centrocampista del Inter de Milán.
Esas palabras, pese a lo dramático del momento, le confirmaron al médico que no había sufrido daños cerebrales.
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