Para la primera prueba, los participantes fueron hasta el Estadio Charrúa; allí, sobre el verde césped del campo de juego, los esperaban Diego y el jurado.
Carlos abandonó el certamen el día que le cocinaron a Los Teros
La emoción se apoderó de todos, ya que se trataba de uno de los participantes más queridos por sus compañeros.
El desafío consistió en trabajar en equipos y cocinarle a los dueños de casa, Los Teros, la Selección Uruguaya de Rugby.
Roberty Esteban, los mejores platos del programa anterior, fueron los capitanes y eligieron, uno a uno y alternadamente, a sus compañeros.
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La consigna era cocinar hamburguesas al pan con papas fritas y una salsa. Las hamburguesas no podían ser hechas de carne sino con porotos manteca, porotos negros, porotos amarillos, lentejas, lentejones o garbanzos.
Los equipos tuvieron 75 minutos para preparar dos hamburguesas para cada uno de los 30 comensales. Los equipos presentaron sus platos y los integrantes de la Selección Uruguaya de Rugby dieron su veredicto de una forma muy particular.
De vuelta en la cocina de MasterChef, los integrantes del equipo ganador subieron al balcón. Los seis participantes del equipo perdedor, ya vestidos con sus delantales negros y ubicados de a dos por mesada, recibieron la consigna para la prueba de eliminación, que incluyó una dura negociación con su compañero para definir quién de ellos cocinaría un plato dulce y quién uno salado.
Cada caja misteriosa contenía ingredientes de un solo color -amarillos, rojos o violetas- y con ellos, más el queso blanco como ingrediente sorpresa y obligatorio que les otorgó el jurado cuando ya habían empezado a cocinar, los aspirantes debían preparar un plato en 60 minutos.
Luego de probar los platos, el jurado anunció que Carlos debía abandonar la competencia.
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