Camila dejó MasterChef Profesionales en una eliminación de viscerales sorpresas

Una vez definidos los equipos, se develó qué había en las "megacajas" misteriosas y tuvieron que dividir los ingredientes a la mitad, contando con 10 para cada uno.

Pero eso no sería todo, en un momento determinado, el jurado detuvo la prueba para hacer un cambio que sorprendió a los participantes.

Los 90 minutos pasaron volando. Servidas las entradas y los platos principales de cada equipo, los comensales probaron los platos, para luego dar su veredicto. A diferencia de otras pruebas en exteriores, los participantes no conocieron el resultado hasta llegar a la cocina de MasterChef. Una vez allí, se enteraron cuál fue el equipo ganador, por 28 votos contra 12.

Pero el jurado tenía guardada una última sorpresa: el capitán del equipo ganador fue el responsable de definir con los integrantes de qué equipo subía al balcón.

Cinco participantes tuvieron que enfrentar una nueva prueba de eliminación. La consigna, que generó desconcierto entre los cocineros, proponía cocinar con despojos, también conocidos como vísceras, que tienen mala fama pero que han sido la base de grandes recetas en el mundo de la gastronomía. Los participantes tuvieron que elegir una cada uno, y sin la posibilidad de repetirse, entre crestas de gallo, sesos de cordero, hígado de conejo, huevas de pescado y criadillas o huevos de toro.

Finalmente, el jurado probó los platos y decidió que el plato de Camila no colmaba las expectativas, por lo que debió abandonar la competencia, convirtiéndose en la octava eliminada de MasterChef Profesional.