El Sistema Integral de Protección a la Infancia y a la Adolescencia contra la Violencia (Sipiav) publicó este viernes su informe de gestión, en el que da cuenta de que en 2020 se registraron 4.911 situaciones de violencia hacia niños, niñas y adolescentes.
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Hubo 4.911 casos en 2020. El 55% de las víctimas tenía menos de 12 años. 9 de cada 10 agresores, familiares directos o integrantes del núcleo de convivencia.
“No son denuncias, sino son casos concretos de niñas, niños y adolescentes que algún equipo pudo captar y atender. Son niñas, niños y adolescentes con nombre y apellido”, dijo María Elena Mizrahi, coordinadora del Sipiav, durante la presentación de los datos.
A pesar del aumento, de casi 3% en la detección e intervenciones con respecto a las 4.774 situaciones registradas en 2019, Mizrahi habló de subregistro de las situaciones abordadas, propiciado por las condiciones de la emergencia sanitaria en el país por pandemia.
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El 44% de las víctimas fue del sexo masculino y el 56% del femenino. En cuanto a las edades, la franja de 6 a 12 años fue la de mayor detección con 38% de los casos, seguida por la adolescencia (de 13 a 17 años) con 35%. La violencia en niños de 0-3 años fue un 9% y entre 4 y 5 años un 8% (de 0 a 5 años, un 17%), y en mayores de 18 años, el 9%.
Con respecto a los tipos de violencia, el 34% sufrió maltrato emocional, un 26% fue víctima de la negligencia, el 19% maltrato físico y otro 19% sufrió abuso sexual, mientras que un 2% fue víctima de explotación sexual.
La negligencia, el maltrato físico y emocional se dan casi en partes iguales tanto en niñas como en varones durante la primera infancia. Ya en la adolescencia y en la preadolescencia, las víctimas de abuso y explotación sexual son, en su gran mayoría, del sexo femenino.
Según los datos del Sipiav, el 75% fue víctima recurrente de situaciones de violencia, mientras que en el 25% de los casos fue un único episodio. El 63% no se visualiza como víctima. Los porcentajes son mayores entre los varones frente a las niñas.
El 91% de los agresores, 9 de cada 10, corresponden a familiares directos o integrantes del núcleo de convivencia. Individualmente, el que más agrede es el padre (38%), seguido por la madre (24%), la pareja de la madre (15%) y otros familiares (13%). El 43% de los agresores tiene entre 30 y 44 años, el 39% entre 45 y 59 años, el 11% 60 años o más, y el 7% entre 18 y 29 años.
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