Alcoholes del Uruguay (ALUR) trabaja en profundizar el plan de reciclaje de aceite doméstico usado. Es el aceite que usamos en hogares y en comercios gastronómicos para frituras. Mediante su recolección y tratamiento el residuo es transformado en energía en la planta de Capurro.
Así funciona la planta de ALUR que trabaja en el reciclaje del aceite de cocina usado
Se trata de un residuo altamente contaminante ya que un litro de este aceite puede contaminar hasta 1.000 litros de agua. Además puede obstruir el sistema de saneamiento de la ciudad.
El plan la energía se transforma comenzó en 2014, con el objetivo de dar solución al problema del vertido de aceite comestible usado en cursos de agua, saneamiento y vertederos.
Estos residuos derramados inadecuadamente son un problema ambiental, debido a que un litro de este aceite puede contaminar hasta 1.000 litros de agua.
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“Es un residuo que genera problemas en el saneamiento, tapa las cañerías de las casas y además el saneamiento de la ciudad porque se empiezan a pegar hojas, ramas. Nosotros en ALUR lo que hacemos es generar biodiesel de segunda generación, que es un biocombustible que reduce las emisiones de gas del efecto invernadero. Entonces estamos cuidando el agua y a la vez el aire. Estamos protegiéndonos del cambio climático”, explicó Marcelo Neerman, ingeniero de la planta.
El reciclaje debe comenzar en el hogar o en comercios, y para esto ALUR dispuso la entrega de recipientes que llevan un litro de aceite usado y se instalaron contenedores para su entrega.
“El aceite es retirado por personal de ALUR de los contenedores inteligentes y otros puntos de recolección que tenemos, a través de los potes. Luego llegan a planta y tienen un proceso de vaciado y filtrado, para luego realizar análisis de calidad y procesarlo para la generación de biodiesel”, dijo y agregó: “Transformamos un residuo que es el aceite usado de cocina en un combustible”.
Cada recipiente tiene un visor donde se puede ver cuando está para ser entregado. No se debe colocar aceite caliente.
Jorge Magallanes es operario en la planta y contó que retira el aceite de cada uno de los tarros en recipientes donde se filtrará. Luego lava los tarros con agua caliente y desengrasante, a mano primero y luego en el lavavajillas.
Luego del filtrado en planta, el líquido es analizado en laboratorio, donde se mide su acidez, porcentaje de agua y sólido, y se almacena para su transformación.
“El aceite es tomado de los tanques, procesamos cuatro tipos de materias primas: aceite de soja, aceite de canola, usado de cocina y cebo vacuno”, indicó Neerman. Por cada litro de aceite se genera un 85 u 80 por ciento de biodiesel, y el resto se lleva a subproductos como glicerina, entre otros.
En Uruguay se consumen por año y por habitante 16 litros de aceite y se desechan tres. El aceite comestible es un residuo difícil de descartar y altamente contaminante. En 2021 ALUR recolectó cerca de 13 mil litros de este líquido usado en hogares.
Con el vertido adecuado se reduce el volumen de contaminantes, se preserva el cuidado del agua y se disminuyen en más de 80% las emisiones de gases de efecto invernadero.
A nivel doméstico y comercial en todo el país se han recolectado 2400.000 litros de aceite y esto ha evitado la contaminación de 2400 millones de litros de agua.
“Empezamos en Montevideo, Canelones, Maldonado, Paysandú. Recientemente se ha sumado Florida, Treinta y Tres. La expansión que plantea ALUR es llegar a todo el territorio nacional, a ciudades con más de 5.000 habitantes, a las capitales departamentales, con contenedores inteligentes y otros puntos de recolección que sean más sencillos, que no requieran tanta mano de obra, tanto ir a buscar”, agregó el ingeniero.
El costo elevado de las máquinas recolectoras hace que se dificulte la compra; cada una cuesta 4.500 euros. Por esto, ahora se planifica una recolección a granel.
“El plan tiene instalados 20 contenedores inteligentes, y otros puntos de recolección manuales. Estamos trabajando en puntos a granel, más sencillos para el usuario y sin necesidad de contar con un pote de ALUR”, explicó y dijo que están trabajando con la Cámara de Industria y estudiantes de UTEC. Los contenedores inteligentes envían una notificación a los recolectores cuando están llenos.
ALUR trabaja con las intendencias para solidificar el plan y la nueva ley de gestión de residuos fomenta su reciclaje y correcto vertido
En Montevideo los primeros recipientes se entregan en la intendencia y municipios. Hay 15 contenedores instalados en la capital. Cada vez que se entrega uno lleno, el contenedor devuelve uno vacío.
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