Andy Serkis: la historia de un camaleónico actor digital
Ha sido estrella de varias superproducciones. Se mueve entre las cámaras de cine y el anonimato porque su cara casi nunca aparece: solo sus gestos y voz.
El actor británico es cubierto de sensores que son los que captan sus expresiones. Su versatilidad física lo han convertido en una verdadera estrella. Un intérprete en las sombras. Un héroe de las mil caras. Serkis comenzó en teatro en Inglaterra y luego pasó a la TV.
En 2001 personificó a una extraña y tenebrosa criatura que susurraba en “El señor de los anillos”. Fue su carta de presentación en el personaje de Gollum, que aparecería después en “El Hobbit” con sus ojos vidriosos y la piel anfibia.
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Andy Serkis fue convocado nuevamente por peter Jackson en 2005 para la remake de “King Kong”, el monstruo que se convirtió en leyenda.
La captura facial fue impresionante, un verdadero trabajo de ingeniería de los animadores. El actor hizo doblete de personajes en esa superproducción.
Independientemente de ser la gran estrella del film como King Kong, personificó a un marinero que era devorado por unas gigantescas babosas carnívoras.
Serkis y Peter Jackson demostraron que la técnica de captura de movimientos podía hacer que un ser digital fuera interpretado por un actor de carne y hueso.
Tal es lo que acontece en el reciente estreno de “Planeta de los simios”, donde Serkis se pone en la piel del simio César. Nunca antes el cine y un intérprete habían llegado tan lejos en la descripción digital de la emoción. El espectador nunca sabe dónde termina el trabajo humano y empiezan los efectos especiales.
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