Un alumno de la UTU Figari, en Palermo, atacó a dos compañeras en el salón de clases. El docente, con ayuda de otros alumnos, interfirió y contuvo al joven, que tiene trastorno del espectro autista. Ocurrió en la tarde del martes.
Alumno atacó a compañeras en UTU Figari y gremio estudiantil pide mayor seguridad así como acompañamiento
El director de UTU dijo que el joven, que tiene trastorno del espectro autista, fue suspendido por ocho días mientras investigan. Docentes cuestionan "minimización" de situaciones violentas.
El gremio de estudiantes de la Escuela Figari se manifestó en la puerta del centro educativo, en reclamo de mayor apoyo terapéutico para estudiantes.
Una de las estudiantes atacadas, Micaela Abellán, fue agredida por el joven cuando intentó defender a la otra alumna. Lo relató como “una situación de violencia completamente repentina por parte de un estudiante que se conoce que tiene autismo”.
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“El docente recibió una pregunta por parte de mi compañera, y él tendió a callarla de vuelta. Ella se molestó y le dijo ‘estoy haciendo una pregunta importante acerca de la clase, vos estuviste con el celular todo el día. Se sintió atacado, supongo. Y él pidió para ir al baño. Al momento de levantarse, mira a mi compañera, la insulta, agarra una silla para golpear a mi compañera. El docente lo logra detener a tiempo y enseguida agarra otra silla. Todos corremos a auxiliar a mi compañera. Él cae al piso, se levanta, la agarra del pelo. Ahí es cuando me meto, trato de tomar su mano para que la suelte, y me agarra a mí. Caigo sobre una mesa, llega el adscripto para tratar de contener la situación”, narró Micaela.
Ciro Zarzal, también es estudiante allí, explicó que lo que piden a las autoridades es “seguridad para las personas que fueron agredidas como parar el agresor, porque es una persona que necesita contención y lo que reclamamos es que acá no hay esa contención y hay demasiada gente que la precisa y se siguen lavando las manos”.
Micaela sostuvo que buscan una asistente para el estudiante, “gente preparada para controlar estas situaciones”. Afirmó, además, que han habido “muchos casos de violencia, de acoso” y que no han obtenido “respuestas satisfactorias de Dirección. Se piensa que con una suspensión de unos días se va a solucionar”.
“Atención a los alumnos, atención a cómo están siendo tratados, a cómo están siendo expuestos a ciertas situaciones, cómo se está organizando por dentro en adscripción. Falta seguridad”, dijo Caetano Fleitas, otro estudiante.
El director general de UTU, Juan Pereyra, confirmó que el alumno fue suspendido, mientras se lleva a cabo una investigación de lo sucedido.
“Inmediatamente se separó al alumno, se le aplicaron ocho días de suspensión para proteger a la otra chica y estamos haciendo las investigaciones correspondientes. Ya pedimos equipos multidisciplinarios y pedimos diferentes test a los alumnos para poder actuar. Pero realmente sucedió y es lamentable”, dijo por su parte Pereyra.
También habló sobre los profesionales que trabajan en este tipo de situaciones. “Yo creo que estamos bastante bien de profesionales. Lógicamente cuanto más se tenga, es mejor, pero lo que nos va dejando cada una de estas situaciones, es que los profesionales inmediatamente han actuado, han detectado los problemas, y los han logrado solucionar”.
El joven que agredió a su compañera no había participado en otras situaciones similares en la institución.
El sindicato de docentes afirmó que este tipo de situaciones no es aislada y comparten con los estudiantes que faltan personas que puedan acompañar estos hechos.
“En realidad lo vemos como una situación muy grave, pero no lo vemos como un hecho aislado ni puntual, sino que se viven muy a menudo, en nuestra escuela particularmente”, afirmó Matilde Sotelo, integrante del sindicato.
“Los recursos para atacar esta problemática son cada vez menos. No estamos de acuerdo con la caracterización que hace el director Juan Pereyra, donde minimiza permanentemente los hechos de violencia que se dan en las escuelas, así como los hechos de acoso. Vemos esta situación como parte de la problemática de las condiciones en las que llegan los chiquilines y las chiquilinas a estudiar. Nos falta reforzar los equipos multidisciplinarios, que las cargas horarias sean acorde a la cantidad de situaciones que se dan”, explicó Sotelo.
Sobre esta situación en particular, sostuvo que el estudiante que agredió “tampoco tiene el acompañamiento necesario”.
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